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Un fallo polémico

Actitudes

JOSÉ SANTIAGO HEALY

Así como ocurrió con la aprobación del aborto y con las uniones entre personas del mismo sexo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación tomó por sorpresa al país al abrir la puerta a la legalización de la marihuana para fines lúdicos o recreativos.

El debate sostenido esta semana en el máximo órgano de la justicia mexicana, concluyó con un fallo de cuatro votos a favor y uno en contra de la sentencia que ampara a cuatro personas físicas para poder cultivar y consumir marihuana de manera legal.

Es difícil entender cabalmente los detalles jurídicos de esta medida así como los alcances que podría traer para el país en el mediano y largo plazo.

Pero básicamente la Corte envía un mensaje a los poderes legislativos y ejecutivo para que autoricen y reglamenten la producción y consumo de los mexicanos que deseen por su propia voluntad fumar o consumir marihuana en cualquier de sus presentaciones.

Los ministros dejaron en claro que es inconstitucional que el gobierno prohíba a los ciudadanos el uso y consumo de la marihuana con fines recreativos.

En pocas palabras, este enervante es elevado a un producto permitido que al igual que el alcohol, el tabaco, deberá ser regulado para evitar excesos y daños mayores para la salud humana.

Según el fallo, la marihuana no produce una afectación a la salud tan grave como para justificar su prohibición total, luego de compararla con sustancias nocivas como el tabaco, alcohol y otras drogas.

La Suprema Corte considera además que "pertenece al estricto ámbito de la autonomía individual protegido por el derecho al libre desarrollo de la personalidad, la posibilidad de decidir responsablemente si desea experimentar los efectos de esa sustancia, a pesar de los daños que esta actividad puede generarle a una persona".

Jurídicamente el fallo podría ser calificado de inobjetable, sin embargo se trata de un tema muy delicado y poco debatido por los mexicanos como para ser aprobado de un día para otro.

En Estados Unidos, con una sociedad más desarrollada y ciertamente con mayor experiencia en el uso de la hierba verde, la decisión para su consumo recreativo ha quedado en manos de los estados y concretamente de los ciudadanos a través de plebiscitos.

En varias entidades se permite la marihuana con fines medicinales, pero sólo los estados de Washington y Colorado la aprobaron por motivos lúdicos.

Sin embargo, en México la Suprema Corte se abroga el derecho de iniciar su despenalización basada en principios jurídicos y humanistas muy válidos. Pero sin considerar planteamientos éticos, educativos y morales de enorme valor.

¿Con qué autoridad podremos decir a nuestra hija de preparatoria o a nuestro hijo universitario que no fume marihuana porque afecta su salud física y mental cuando el máximo tribunal mexicano autoriza tal acción a cuatro ciudadanos?

Por cierto no queda del todo claro el trasfondo de la acción legal que muy bien diseñada y operada llevaron a cabo los cuatro activistas amparados por el fallo de la Suprema Corte.

Juan Francisco Torres Landa, uno de los beneficiados por el fallo y quien es dirigente del Movimiento Unido Contra la Delincuencia, exhortó a los legisladores a ponerse a trabajar "nosotros ya hicimos la tarea, los ministros ya hicieron lo que les correspondía, ahora le va a tocar al Ejecutivo y al Legislativo hacer lo propio".

Otros directivos del movimiento sostuvieron que el fallo no significa que de un día para otro se disparará el consumo de marihuana en México, sino simplemente "abre la posibilidad de que se vayan acompañando los esfuerzos de prevención que sean necesarios".

La verdad y al menos para este periodista, no nos queda claro que un amparo de esta naturaleza vaya a disminuir la inseguridad y menos la violencia por el narcotráfico.

En México el conflicto de la marihuana se sitúa en la producción y distribución de la hierba, especialmente en su tránsito hacia los Estados Unidos.

El consumo interno de la marihuana no es a nuestro juicio un problema de gran magnitud, efectivamente es mucho más grave el alcoholismo y el tabaquismo.

Por lo mismo alguien tendrá que explicar el porqué la Corte dedicó tanto tiempo, esfuerzo y acciones mediáticas a un tema que abrirá puertas desconocidas y que por el momento no resolverá ninguno de los asuntos que más preocupan a los mexicanos.

En otras palabras, habiendo tanta hambre, desempleo e ignorancia en México, ¿es realmente trascendente que cuatro encumbrados ciudadanos podrán a partir de hoy cultivar y fumar su marihuana sin que ninguna autoridad los moleste?

Tanto al presidente Enrique Peña Nieto como al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, la decisión de la Corte los tomó con los dedos tras la puerta.

Al menos así lo evidenciaron al declarar que ahora sí tendrá que debatirse el tema de la legalización de la marihuana a nivel nacional, y además que el fallo de la Corte no significaba ninguna liberación de la droga.

Mejor habría quedado al admitir que no estaban de acuerdo con la decisión y que llanamente los ministros se adelantaron a los tiempos políticos y sociales.

En fin, un fallo más controversial y sorpresivo de la Corte en donde los ministros no se tomaron el tiempo y la oportunidad de pulsar el sentir de la sociedad mexicana.

 APUNTE FINAL

En México nos queda el recurso del humor para expresar nuestras inconformidades. El chiste popular del momento dice que una vez que el congreso legisle y el gobierno regule a la marihuana dejaremos de ser exportadores, tal como ocurrió con el azúcar, la gasolina, el maíz y tantos otros productos. Con suerte y de paso acabamos con el narcotráfico.

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