El adulto compartió su dolorosa experiencia tras permanecer dos años en silencio. (ESPECIAL)
Un hombre de Swansea, Gales, se animó a compartir su doloroso testimonio tras ser víctima de una cruel broma durante una noche de fiesta. Al despertar no sólo tenía una dolorosa resaca, sino unos lentes tatuados en el rostro.
El sujeto cuenta que dos años atrás salió de fiesta con unos amigos, bebió tanto que quedó totalmente inconsciente, pero a la mañana siguiente al verse al espejo vio que alguien le había dibujado unas gafas con la marca “Rayban”. Él creyó que sólo era cuestión de borrarlo con agua, pero no, era un tatuaje permanente.
Tras ser víctima de numerosas críticas, burlas y por supuesto, del acoso de las constantes miradas en la calle, por fin decidió acudir a una clínica para retirarse poco a poco el tatuaje mediante un procedimiento láser.
Algunas marcas aún quedan en el rostro de este varón, quien aprendió una difícil lección de vida tras lo que se suponía era una simple borrachera.
