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OHL: Enron mexicano

DENISE DRESSER

El verdadero escándalo. El caso más explosivo y el menos explorado. El Enron mexicano, repleto de ejecutivos corruptos, autoridades cómplices, cifras amañadas, consumidores engañados, auditores a modo. OHL y el Circuito Exterior Mexiquense, que revela muchas de las facetas malolientes de la economía política mexicana. La forma tramposa en la cual se hacen licitaciones, se reserva información, se cobra a los usuarios, se enriquece a los ejecutivos y a sus amigos en el gobierno. Y cómo el poder judicial, en lugar de investigar las denuncias, inculpa a quienes denuncian.

OHL que participa en una proyecto cuyo presupuesto original iba a ser de $5,637 millones de pesos. Monto que luego crece a $18,628 millones de pesos. Monto que después la empresa infla - falsamente - a $23,376 millones de pesos. Y con esos números falsos, el gobierno modifica la concesión para que pueda ganar más dinero, con incrementos en las tarifas, en 50 por ciento, y hasta el 2051. No sólo eso. Después rechaza la instalación de un sistema de verificación independiente para evaluar exactamente qué esta pasando con el aforo, los ingresos, los servicios de la obra. Ese sistema llega a la conclusión de que OHL ya había recuperado su inversión en el proyecto, por lo que la concesión debía terminar.

Pero no fue así. De pronto el gobierno del Estado de México para el sistema independiente de verificación. De pronto, el gobernador Eruviel Ávila reserva toda la información sobre OHL por nueve años. De pronto empezamos a oír grabaciones describiendo actividades corruptas entre ejecutivos de OHL y miembros del gobierno federal y el poder judicial. Salen notas periodísticas por aquí y por allá, pero ninguna investigación en firme porque hay demasiados intereses de por medio. Y mientras tanto OHL ha obtenido ingresos por cuotas cuestionables de peaje por más de $12,000 millones de pesos. Montos que equivalen a miles de Casas Blancas y casas en Malinalco y casas en Ixtapan de la Sal. Tasas de rentabilidad que ninguna otra empresa constructora en el mundo tiene. En una obra así, en una zona así, la tarifa debería ser de 1.56 pesos por kilometro y actualmente es de 2.19 pesos.

Y todo porque OHL está políticamente protegida, arropada, cuidada. Por eso la investigación en el Senado propuesta por la panista Laura Rojas no avanza. Por eso Emilio Gamboa Patrón congela los siete puntos de acuerdo que incluyen investigar al Secretario de Comunicaciones y Transportes. Por eso hasta los propios auditores - Deloitte - le han permitido a OHL mantener un manejo oscuro de su inversión, su deuda, sus supuestas utilidades. OHL se está endeudando "a cargo de su concesión". Está generando deuda pública -- con una empresa extranjera -- y eso lo sabe y lo permite Luis Videgaray. No importan la denuncias, los audios, la trama de sobornos y tráfico de influencias que llega hasta el picaporte de Los Pinos. OHL ha logrado convertirse en cuate privilegiado del capitalismo de cuates.

Cuatitud impulsada por Eruviel Ávila, por Gerardo Ruiz Esparza, por Luis Videgaray. Cuatitud en la cual está también involucrado - otra vez - el Grupo Higa, encargado de la construcción del monumento "Torre Bicentenario" en Toluca, el cual le fue adjudicado "generosamente" por OHL con cargo a los usuarios del Circuito Exterior Mexiquense y con fondos federales.

Un ejemplo más del vasto universo de ilícitos que involucra al sector de la construcción en nuestro país. OHL sólo revela una práctica común que llevó a la implosión de Enron: registra una inversión que no tiene - porque ya la recuperó - y unos ingresos que tampoco tiene. Y el Estado mexicano quiere asegurar que los tenga porque algún beneficio obtendrá. Basta con atender la frase famosa "follow the money". Sigamos la pista del dinero que terminará en algún proceso electoral o en la bolsa de algún funcionario.

De allí el imperativo de investigar y auditar y hacer del conocimiento público quien ha permitido este fraude, mas lo que significa. Y que la investigación abarque todas las operaciones de OHL celebradas con el gobierno federal. Y que la investigación acabe en los tribunales españoles donde podríamos encontrar una justicia que en México no se dará. Al contrario, lo que ocurre aquí es que al abogado que denuncia lo ocurrido, la PGR le "siembra" un arma y lo detiene injustificadamente durante más de 24 horas. En lugar de airear el caso del Enron mexicano, los culpables buscan callar a quien lo evidenció. Enséñame un mentiroso y te mostraré un ladrón, dice el dicho. OHL - auspiciado por el gobierno -- es ambos.

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Escrito en: Denise Dresser

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