Recuerdos. Don Mercedes muestra la entrevista que este diario le realizó a su hijo en el 2006. (GUADALUPE MIRANDA)
Un 12 de agosto de 1986 nació Ángel de Jesús García con un pronóstico de vida de sólo un año que alargó hasta cumplir 23 años de edad. Padecía una enfermedad llamada mielomeningocele con vejiga neurogénica, que le impidió caminar más no de llenarse de conocimientos y sobre todo de fe para salir adelante, siempre de la mano de sus padres.
El 29 de septiembre de 2009 falleció no sin antes despedirse de sus seres queridos a través de un escrito que tituló "Milagros de fe".
En varios párrafos, Ángel narró la serie de operaciones a las que fue sometido para mejorar su condición, así como cuando estuvo 25 días en coma debido a la meningitis que contrajo tras una intervención a los tres años de edad, y una serie de episodios que marcaron su vida, pero que jamás le arrebataron sus ganas de seguir viviendo.
Pese a todo, Ángel concluyó su educación primaria en una escuela tradicional y la secundaria desde casa, debido a un accidente que sufrió en un plantel, en donde se fracturó una pierna y una costilla.
Pero eso no lo detuvo, estudió cursos de computación, que le permitieron escribir un sinfín de relatos, entre los cuales da gracias a Dios por sus padres y la vida que le tocó vivir.
Y ésa es precisamente la labor de su padre, José Mercedes García, el dar a conocer la vida de su pequeño Ángel, pues eso fue para ellos, "un ángel en la tierra".
Rosa Emma, su madre, cuenta que fue un hijo muy deseado y que a pesar de su condición física, nunca renegaron de ello.
Don Mercedes y doña Emma, recuerdan aún con tristeza, aquel 26 de septiembre del 2009, cuando su hijo, les comentó que tres arcángeles Rafael, Gabriel y Miguel, lo visitaron para nombrarlo "Raziel".
"Le dije a mi hijo, pero tu ya tienes un nombre, y él me dijo 'que no sabes mamá que soy un ángel de verdad'", dice evitando que una lágrima se logre escapar.
Tres días después, justo el día 29, Emma se despidió de su hijo como todos los días que acudía a la hemodiálisis, sin imaginar que sería el último.
Un par de horas después de su despedida, le llamaron para informarle que su hijo estaba grave, al llegar al hospital, Emma logró tomar su mano y minutos después falleció.
"Por todo lo que hicimos, cuidándolo, pienso que cumplimos con un deber muy grande como padres, le damos gracias al Señor", asegura don Mercedes, quien después de desempeñarse como técnico en Agricultura y Ganadería, se convirtió en fotógrafo para tener más libertad y ofrecerle a su hijo la mejor atención médica para su padecimiento.
Hoy es miembro de la llamada Marea Roja, en donde recorre las calles de la ciudad en las que recuerda la lección de vida que les dio su Ángel de Jesús.
