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A lo chino

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

No debe ser olvidado el asunto de la megadeuda de Coahuila hasta que la justicia llame a cuentas a los responsables. Todos los días las penurias que pasa la tesorería estatal se deben en gran medida al desfalco que sufrieron las arcas coahuilenses producto del irresponsable derroche primero, y luego del presunto robo, que la administración pasada hizo de la hacienda estatal.

En esta ocasión el tema viene a cuento debido a que tanto el gobierno del estado como los municipios coahuilenses han signado un acuerdo para que cuando ocurran accidentes viales y las unidades involucradas sufran daños o los hayan causado a terceros, y merezca su retención para garantizar la reparación del daño, los propios muebles sean revisados para conocer si éstos tienen adeudos en cuanto a su tenencia y portación de placas, y en caso de ciertamente tener retrasos o créditos fiscales, la autoridad municipal retendrá el vehículo en cuestión, hasta que no regularice. La medida incluye a todos los autos "chocolate", léase "Onapafas" y organizaciones similares que expenden láminas, como si fueran autoridad (pero este es otro tema).

Así entonces, aquel que tenga un accidente y que deba alguna tenencia, pues a pagar. En el caso de los carros extranjeros con placas "patito", tendrán que pagar su trámite de importación, que consiste básicamente en el pago del IVA del valor comercial del bien retenido, para una vez que cuente con su pedimento legal, entonces proceda -si ha lugar- a pagar tenencia y placas, o en su caso, sólo a la expedición de las mismas.

Claro es que el gobierno coahuilense requiere dinero porque está al borde de la quiebra máxime cuando sus finanzas tienen que destinar más del diez por ciento al pago del servicio de deuda, cosa que las administraciones estatales no tenían que cubrir.

El gobernador del estado, licenciado Rubén Moreira Valdez, dice al ser cuestionado sobre la medida, que lo que la motiva es un tema de seguridad. Arguye que una gran cantidad de delitos se comete con carros que o no tienen placas o portan las que son expedidas por organizaciones sociales que de suyo son ilegales, o bien que circulan con láminas sobrepuestas. Además de ello, el mandatario estatal señala que decenas de miles de carros que circulan en Coahuila o están libres de tenencia o los costos por los derechos para la expedición de las dichosas placas igualan o incluso están por debajo en monto a lo que cobran estados vecinos.

Irrefutables son este par de argumentos del gobernador. Cierto es que la cruzada que ha encabezado por devolverle la tranquilidad a los coahuilenses poco a poco va dando resultados. Los índices de criminalidad van a la baja, aunque con períodos de sobresaltos y con zonas más conflictivas que otras, pero particularmente los delitos de alto impacto, que por supuesto no han desaparecido, son cada vez menos frecuentes.

Quien pasea hoy por Torreón, por ejemplo de noche el fin de semana no puede negar que la situación es muy distinta a la de apenas hace cuatro años. Por ello el hacer énfasis en que todos los vehículos porten sus placas correctamente, en todos sentidos es importante. Igual lo es que un gran porcentaje del parque vehicular que circula en el estado que gobierna, su costo de plaqueo está en condiciones semejantes que las entidades federativas vecinas.

Sin embargo, existe otro porcentaje importante de unidades automotrices de mayor precio que ciertamente sus dueños son exprimidos por la tesorería coahuilense versus los vecinos, particularmente en Durango. Podría caber el argumento de que el impuesto es progresivo, que se le cobra a quien tiene naves más caras. Tal vez, pero también gracias a aquellos que tienen autos o camionetas de mayor costo, se generan economías que pueden ofrecer mayor empleo y mejores condiciones para todo ese sector automotriz que atiende ese nicho de mercado.

Vale la pena recordar que el priismo, entonces oposición en el sexenio de Felipe Calderón, utilizó como bandera política que se dejara de cobrar la tenencia. Calderón respondió dejando opcional a cada estado si cobraba o no tenencias. En el caso de La Laguna, del lado de Durango se dejó de hacerse, pero por el lado coahuilense, la precaria situación financiera forzó que de ese lado se siguiera exprimiendo al causante.

Aun con todo esto la realidad es que la medida de retener las unidades cuando se accidentan, si es que deben tenencia, es antipopular, es también correcta. Se puede discutir si los precios son justos o no, eso es otra cosa, pero el que a todos por parejo se nos haga cumplir la obligación, es justo. Aunque como se dice en el rancho, se cobren a lo chino.

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