Todo indica que en las corporaciones de seguridad de la Perla de La Laguna hay agentes de primera y de segunda. Mientras los nuevos policías viales que tienen la encomienda de patrullar la ciudad para meter en cintura a los conductores descarriados van a estrenar tremendas motos Harley Davidson Street, con las que seguramente se sentirán soñados cual galanes de Hollywood, un buen número de policías preventivos pasan las de Caín en la Dirección de Seguridad Pública Municipal que comanda el jezafo Adelaido Flores.
Resulta que, de acuerdo con reportes de nuestros subagentes infiltrados, varios “polis” siguen inconformes con las condiciones en las que trabajan desde el inicio de la actual administración. Entre las cosas que denuncian está que no hay armamento suficiente y que tienen que prestarse los viejos fusiles y las pistolas oxidadas en cada cambio de turno. Dicen que como no les proporcionan cargadores ni portafusiles los tienen que comprar ellos en el mercado negro, además de que carecen de botas adecuadas y que los chalecos antibalas están en muy mal estado. También se quejan amargamente del trato digamos poco amable de algunos comandantes, como el 04, apodado “Drago”, quien ante los reclamos por la falta de equipo les responde con el clásico “si no les gusta, a volar pajaritos”. Pero no es todo, dicen que los ponen a trabajar turnos de 28 horas, aparte de la cobertura de eventos especiales, como juegos de futbol o conciertos musicales. Respecto a este último punto, cuentan que aunque algunos de esos eventos son privados por lo que reportan ganancias para el Ayuntamiento que no se traducen en bonificaciones para los elementos por las horas extras trabajadas. Toda esta carga de trabajo se debe en parte a la falta de elementos suficientes en la corporación, situación por la cual el teniente Flores ha tenido que vestir a empleados de limpieza, oficinas, control vehicular e incluso de enfermería para que hagan las veces de policías. Para acabarla de amolar, la promesa de las casas que les iban a entregar se ha quedado en el limbo así como el compromiso de hacerles retroactivo el aumento salarial y el de subirles el monto de los seguros de vida. Sobre el asunto de las casas, señalan que recientemente los papás de un agente asesinado fueron sacados de la vivienda que les habían dado para meter a la familia de uno de los escoltas de don Adelaido. Pero los policías no se atreven a denunciar públicamente toda esta letanía de inconformidades porque tienen miedo de que los pongan de patitas en la calle. Lo cierto es que el fantasma de la rebelión comienza a rondar por el cuartel municipal de Periférico y Bravo.
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A propósito de asuntos policiacos, ha llamado la atención en los días recientes un incremento en la actividad criminal, principalmente en el temido renglón de los asesinatos. Del jueves pasado para acá se han registrado en Torreón seis homicidios de personas, es decir, un promedio de uno diario, lo cual ha ocasionado que algunos espectadores de la cosa pública local enciendan sus señales de alerta por lo que consideran un repunte de la violencia, aunque las autoridades municipales juran y perjuran que no se trata de algo así. Sin embargo, corre una especie que debería poner en guardia a los jefazos de la seguridad en la región. Dicen los subagentes disfrazados de luminarias torcidas que este repunte, aumento -o como quieran llamarle- de los asesinatos se debe a la presencia de un grupo criminal que ha llegado a “recuperar” algunos territorios “perdidos” o que están bajo el control de bandas otrora subordinadas y que ahora estaban operando por su cuenta. Lo cierto es que la postura despreocupada que muestran nuestras H. Autoridades ahora es la misma que manifestaban los funcionarios de administraciones anteriores cuando la seguridad en la región comenzaba a descomponerse. Ojalá que, como dice el alcalde Miguel Riquelme, no haya de qué preocuparse y que todo sea un asunto pasajero. Por lo pronto, bien valdría que de entrada se pusieran a investigar esos crímenes para esclarecerlos y decirle a la ciudadanía qué es lo que está pasando en realidad.
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Cuentan que las cosas no marchan del todo bien en el Simas Torreón. A los problemas de falta de agua que han afectado a decenas de colonias de la ciudad -sí, esos problemas que según se dijo ya no se iban a presentar en el verano- se ha sumado otro que tiene que ver con las finanzas de la empresa pública descentralizada. Nuestros subagentes disfrazados de tazas de café nos informan que existe división en el interior del Consejo Directivo del Simas debido a los números que está reportando el gerente general, Xavier Herrera Arroyo. Resulta que en algunas sesiones del consejo, algunos integrantes han señalado que las cifras de ingresos y egresos simplemente no cuadran y que la respuesta de don Xavier y su equipo siempre es la misma: “sus números están mal”. Pero los consejeros incómodos no se quedan callados y les dicen que los números en los que se basan para hacer los cálculos que marcan las diferencias son los mismos que proporciona el Simas. Incluso, algunos han hecho notar que la situación por la que atraviesa la empresa es igual o peor que la de administraciones anteriores, pero que la gerencia actual ha sabido maquillar muy bien la situación. Los mismos subagentes advierten que en caso de no aclararse los desajustes financieros este problema pudiera alcanzar otros niveles y que algunos consejeros inconformes estarían pensando seriamente hacerlo estallar frente a la opinión pública. ¿Estará tan grave la cosa?
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Gran sorpresa causó entre los adultos mayores de los centros comunitarios del DIF de Torreón uno de los festejos que les prepararon con motivo del día de la tercera edad. Y no es precisamente porque se haya tratado de un festejo fuera de serie sino por los requisitos que les pusieron al más puro estilo del chascarrillo de “te invito al cine pero tú pagas la entrada”. Resulta que a los mayores de 65 años les dijeron que los iban a pasear por la zona metropolitana y que los iban a llevar a Lerdo a comer una sabrosa nieve de Chepo. Luego, de ahí los iban a trasladar de nuevo a Torreón para hacerlos partícipes de una comida. Todo bien hasta ahí. Pero, según nuestros subagentes cuyos cabellos ya pintan varias canas, los del DIF les advirtieron que para poder ser incluidos en el festejo tenían que pagar el transporte, su nieve y el platillo que se iban a comer, por lo que algunos se cuestionaron ¿en qué consiste entonces la invitación? Total que no les quedó de otra que apoquinar con tal de no dejar pasar la oportunidad de la convivencia y la celebración. Menuda invitación.
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Aunque corren versiones “oficiales” del motivo de la salida de Noé Garza Flores del gabinete de Rubén Moreira, existen otras que apuntan a razones distintas. Se ha dicho que el exsecretario de Desarrollo Rural se excedió al decir desde ahorita que quiere ser candidato a la gubernatura de Coahuila con o sin el PRI, partido del que ha vivido por más de cuatro décadas, y que esto orilló al gober a abrirle la puerta para que saliera al patio de recreo a hacer su campaña anticipada. No obstante, nuestros subagentes vestidos de toros de lidia con crisis existencial, nos reportan que no fue eso lo que más le molestó al mandamás de la provincia, sino la vehemencia con la que comenzó a presumir su amistad con Humberto Moreira. Y es que, de un tiempo para acá, don Noé se ufanaba de ser muy cercano al Profe de la Deuda, pero también de tener una muy buena amistad con el señor gobernador, dualidad que no cuadra en estos tiempos o al menos no en lo que se considera políticamente correcto dentro de los parámetros priistas actuales. Otra de las cosas que habrían molestado a don Rubén es el frente que abrió el exfuncionario públicamente contra el alcalde de Torreón, Miguel Riquelme, considerado el delfín del mandamás provincial para la contienda de 2017. Y es que Garza Flores no tuvo empacho de cuestionar por qué a don Miguel sí se le permite hacer campaña anticipada y a él no, error garrafal en estos momentos en los que se imprimen grandes esfuerzos por aparentar que en el PRI de Coahuila hay una gran unidad de cara al nuevo Gran Pastor, Manlio Fabio Beltrones.
