Monumento Nacional. El monumento construido en la Cueva del Tabaco se inauguró el 21 de marzo de 1972. (MARY VÁZQUEZ)
Tuvo que pasar casi un siglo para que se incorporara en la historia nacional los hechos que se suscitaron en el municipio de Matamoros, con el paso del Presidente de la República Benito Juárez García en su recorrido para llegar a Paso del Norte Chihuahua (Ciudad Juárez) donde establecería la República, ante el ataque de la fuerza francesa.
Con la muerte de Juárez (1872), sus sucesores perdieron de vista a los custodios sobrevivientes, que liderados por Juan de la Cruz Borrego y Jesús González Herrera, se les dio la delicada encomienda de cuidar los documentos nacionales y con ello el hilo de la historia de nuestro país se perdió.
"Si la memoria de la nación olvidó los hechos que ocurrieron en este municipio, la memoria histórica de los matamorenses no", reprocha el cronista de la ciudad, Matías Rodríguez Chihuahua.
Los Achivos de la Nación fueron encargados a don Juan de la Cruz Borrego como jefe de la brigada, al general Jesús González Herrera, encargado de las brigadas armadas, conformada por Darío López Orduña, como jefe de los custodios, Marino Ortiz, Guadalupe Sarmiento, Jerónimo Salazar, Los hermanos Pablo y Manuel Arrequín, Ángel Ramírez, Julián Argumedo y los hermanos Vicente, Cecilio y Andrés Ramírez, Diego de los Santos, Epifanio, Ignacio, Telésforo y Gerónimo Reyes, Mateo Guillén, Francisco, Guillermo y Julián Caro.
El cronista relata que tras haber resguardado con su vida los poderes presidenciales, los custodios sobrevivientes vuelven a sus actividades normales, pero como siempre ocurre, los allegados al presidente no le informan lo que acontece, aunque esporádicamente se seguían carteando con el general González Herrera. Sin embargo, no hubo ningún reconocimiento de parte de la República.
En 1872 murió Juárez y los presidentes que lo sucedieron ignoraron lo acontecido en este municipio.
PIEZA FUNDAMENTAL
Son las primeras autoridades locales quienes no pierden de vista los archivos, pero años después es el profesor José Santos Valdés, quien empieza a documentar los hechos al igual que Domingo Adame, encargado de la Secretaria de Educación en La Laguna y es hasta entonces que la Secretaría de Educación Pública (SEP) empieza a investigar para confirmar lo que ellos aseguraban.
"Por eso las páginas de la historia borraron todo eso, todo lo que ellos habían hecho estuvo desconocido por mucho tiempo, porque no se había incorporado a la historia oficial y se vienen a ocupar, de rescatar la historia, de saber hasta 1960, 1964. Casi un siglo después es que enviaron de la SEP a realizar las primeras investigaciones, para ver si era cierto lo que decía el profesor Santos Valdés, y el director de la Secretaría de Educación en la Comarca Lagunera, Domingo Adame Vega que despachaba en el Palacio Federal" , reitera el cronista.
Luego uno de los descendientes de Juan de la Cruz Borrego en sexta generación, don Luis Treviño Alzarde (f), coincidentemente en los cajones de una vieja máquina de coser se encontró una fotografía firmada por Benito Juárez, junto con la de Juan de la Cruz Borrego y es cuando descubre sus orígenes y empieza a indagar también.
Para esto, años antes en 1964 los maestros de la región logran adquirir la casa donde se alojó el Presidente en Congregación Hidalgo, la cual es adquirida en 15 mil pesos. Cada una de las escuelas de la región hizo una aportación.
La campaña, impulsada por la dirección general de la SEP en La Laguna, provocó que de las oficinas centrales colocaran los ojos hacia el municipio de Matamoros y se propuso que en la Cueva del Tabaco se erija un monumento para que se perpetue la memoria de los custodios de la Nación. Hecho que se logró en 1970, siendo presidente de la república Luis Echeverría Álvarez.
El monumento se inauguró el 21 de marzo de 1972 y para ello se esperaba la visita de Echeverría, sin embargo, no asistió y mandó al secretario de Gobernación Mario Moya Palencia.
En su tesón por conocer sobre los hechos históricos, empieza Treviño Alazarde a rastrear la ruta de Juárez para llegar a Paso del Norte y continúa con la recopilación de documentos y fotografías. Logra que la casa sea destinada como museo.
Por años, el denominado Museo Casa Juárez y la Cueva del Tabaco fue la prueba más fehaciente de la estancia del Benemérito de las Américas en este municipio, sin embargo, el museo no recibe apoyo alguno de ninguna instancia federal, estatal y municipal, pese a que la finca ya presenta algunas cuarteaduras, de ahí que sólo se abre esporádicamente siempre y cuando se agende una cita con José Luis Treviño García, hijo del impulsor del proyecto.
Cabe resaltar que el primer monumento erigido en memoria de los 22 hombres valientes fue en 1924, siendo presidente don Tomás Rodríguez. Se acordó hacer un monumento al presidente Juárez en la Plaza de Armas y se le da nombramiento de Plaza Juárez o Jardín Juárez.
Se empezaron a preparar para que se colocara un pedestal y tienen el acierto de considerar que los restos de los custodios deberán ser depositados en el pedestal y empiezan el rastreo. Sólo rescatan del panteón de la Soledad los restos de Juan de la Cruz Borrego y de Mariano Ortiz, coincidentemente el custodio cruelmente torturado y sacrificado por el ejército francés y el hombre que se hizo cargo de la encomienda, para ello se hizo una ceremonia de velación que duró tres días y luego se colocó la gaveta.
Por cuestiones económicas, el monumento se inaugura un año después, el 5 de mayo de 1925.
Se dice que la tardanza obedeció a que la estatua que el gobernador Manuel Pérez Treviño había prometido no llegaba.
JUÁREZ EN LA LAGUNA
Sobre el arribo del Presidente Juárez a tierras laguneras, Matías Rodríguez Chihuahua relata que el 27 de agosto de 1842 llega al Oasis de la Peña, ejido perteneciente a Parras a 32 kilómetros de Viesca, ahí lo van a encontrar el Coronel Jesús González Herrera, quien era el brazo armado en la región y leal al Presidente. Herrera reúne a un grupo de 100 rancheros armados que trabajaban con él salvaguardando el orden.
Para el 28 de agosto, el gabinete presidencial llega a Viesca. Juárez le hace saber al coronel González Herrera que estuviera muy pendiente porque el general Pedro Mioqui Mañón le avisaba de la peligrosidad de tener el Archivo Nacional en Saltillo, por lo que las 11 pesadas carretas que transportaban la valiosa paquetería se conducirían a Viesca.
El presidente Juárez permanece en Viesca del 28 de agosto hasta la madrugada del 4 de septiembre. En esa semana el presidente realiza un hecho importante de tipo agrarista, porque expide el acuerdo para que se dote de tierras a los campesinos de Matamoros y Viesca. Tierras que se tomarían de la vasta extensión que tenía la hacienda Santa Ana de los Hornos, cuyo propietario era el español Leonardo Zuloaga. Ahí mismo se le da el nombrado de general a Jesús González Herrera, encargado de su custodia hasta que lo ponga en un lugar seguro, en este caso,en el estado de Durango.
La madrugada del 4 se septiembre de 1864, el presidente sale decidido a pisar suelo de Matamoros y llegan a las Margaritas, hoy conocido como el ejido las Margaras y al mediodía arriban al antiguo rancho del Gatuño, (hoy Congregación Hidalgo) y son alojados en la casa de la familia Álvarez, en donde el presidente despacha los asuntos nacionales.
El plan era platicar con gente que se encargaba de custodiar a los archivos y ahí González Herrera le presenta a Don Juan de la Cruz Borrego, dueño del rancho la Soledad, y le dice que esa es la persona en quien puede confiar los documentos nacionales.
Las pesadas carretas llegan hasta el Gatuño. El presidente instruye a los custodios sobre el delicado encargo, que por ningún motivo debería caer en manos del enemigo, a quienes ya los sentían muy cerca. Ya habían tomado Saltillo y estaban por Parras. Él tenía que llegar a Chihuahua, en donde establecería un Gobierno Provisional.
Juárez les pide a las autoridades comunales que como 53 años antes, el Padre de la Patria, Miguel Hidalgo había estado ahí, que entregó su vida por dar la Independencia, justo sería que cambiaran el nombre de Gatuño a la de Congregación de Hidalgo, ya que ese poblado era cabeza de varias comunidades, entre ellas la Soledad, El Huarache, Benavides, entre otras rancherías y fue así que se nombra Congregación de Hidalgo.
El presidente Juárez pasa a San José de Matamoros la mañana del 5 de septiembre y deja todavía en prueba de lealtad a sus pobladores, les concede la audiencia y es cuando le piden educación para sus hijos. En ese mismo momento, les dice le acompaña en la caravana un instructor de primeras letras, que es Don Cristóbal Díaz, quien viajaba con su madre y hermana. Más todavía promete que le dará una nueva categoría, erigirla en Villa de La Laguna. Para para el ocho de septiembre llega a Mapimi, en donde igual que en Viesca despacha los asuntos nacionales y es donde firma el acuerdo para convertir al rancho de Matamoros en Villa, bautizándolo como Laguna de Matamoros, pero cuatro años después cuando se tienen los primeros presidentes municipales nombra al municipio en Matamoros de La Laguna.
ESCONDEN LOS ARCHIVOS
Para los custodios fue toda un odisea esconder los archivos. Se reunieron en Congregación y trazaron su plan paras salvaguardar la paquetería, la ocultan por primera vez en el Arroyo del Jabalí, a unos 2 kilómetros de la Cueva del Tabaco, en las inmediaciones de lo que ahora es la carretera que conduce a la Cueva.
Por las noches y poco a poco, cargado en la espalda cada una de las cajas las trasladaron para no ser descubiertos por los franceses o por los conservadores locales que los guiaban. Al sentirse amenazados de que los documentos fueran encontrados, a finales del mes de septiembre consideraron que es mejor cambiar los archivos a la Cueva del Tabaco, que les había sugerido Ángel Ramírez, que al pastorear sus cabras la había descubierto.
Para borrar huellas, los custodios se dedican a la doble labor de pastorear y a la vez que estar vigilantes de los documentos, pasaban las ovejas para que con sus huellas borraran cualquier rastro que pudieran dejar cuando trasladaban las cajas. Ahí permanecieron hasta finales de julio de 1867.
LOS TORTURAN
Al no conseguir la localización de los documentos los soldados franceses, tratando de arrancar la confesión, llegaron la mañana del 10 de enero de 1866 y capturaron a 12 personas, gente adulta, pero no consiguieron la información. Los llevaron al antiguo atrio de la capilla de Nuestra Señora del Refugio y ahí los masacraron. Entre ellos, al profesor Cristóbal Díaz.
El acoso siguió porque luego en diferentes fechas son capturados, Mariano Ortiz y los hermanos Pablo y Manuel Arreguin, quienes son torturados para que confesaran donde permanecían los archivos nacionales, pero fue Mariano Ortiz, el más cruelmente torturado, lo azotaron, le desollaron las plantas de los pies y lo hicieron caminar sobre las brasas, ahí en el Arroyo del Jabalí.
ENTREGA
A finales de julio de 1867, cuando se da la rendición del ejercito francés, el presidente Juárez le escribe a González para hacerle saber que está todo en orden y que los archivos deben ser devueltos, que enviara una partida para recibirlos.
Don Juan de la Cruz Borrego junto a Gónzalez Herrera siempre vigilante, sacó los archivos para trasladarlos a San Luis Potosí, por la punta de Santo Domingo. Pasó por Viesca, donde lo recibó una comitiva del Ejército e hizo la entrega.
Importante papel
Por casi un siglo se ignoraron los hechos ocurridos en el Municipio de Matamoros.
⇒ Tras la muerte de Benito Juárez, sus sucesores perdieron el hilo de la historia.
⇒ Los acontecimientos se empiezan a rescatar hasta 1960- 1964.
⇒ En 1960, las autoridades federales voltearon hacia el municipio de Matamoros y le hicieron justicia a los custodios de los Archivos de la Nación.
