Los danzantes parecían bailar mejor que nunca y con sus gritos, evocaron el pasado indígena de los mexicanos. El sonido de las tamboras y las voces que repetían una y otra vez el Rosario, llenaron el ambiente al interior de la iglesia.
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Los danzantes parecían bailar mejor que nunca y con sus gritos, evocaron el pasado indígena de los mexicanos. El sonido de las tamboras y las voces que repetían una y otra vez el Rosario, llenaron el ambiente al interior de la iglesia.
Los danzantes parecían bailar mejor que nunca y con sus gritos, evocaron el pasado indígena de los mexicanos. El sonido de las tamboras y las voces que repetían una y otra vez el Rosario, llenaron el ambiente al interior de la iglesia.Fotos: 14 de diciembre 2005