Las ofrendas en el dos de noviembre, no podían faltar. Las tumbas, olvidadas durante meses, se convirtieron prácticamente en centros de mesa y arreglos florales. Los colores amarillo, morado y blanco, le dieron un aspecto diferente al cementerio.
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Las ofrendas en el dos de noviembre, no podían faltar. Las tumbas, olvidadas durante meses, se convirtieron prácticamente en centros de mesa y arreglos florales. Los colores amarillo, morado y blanco, le dieron un aspecto diferente al cementerio.
Las ofrendas en el dos de noviembre, no podían faltar. Las tumbas, olvidadas durante meses, se convirtieron prácticamente en centros de mesa y arreglos florales. Los colores amarillo, morado y blanco, le dieron un aspecto diferente al cementerio.Fotos: El Siglo de Torreón y Agencias
03 de noviembre 2006
Miles de laguneros se congregaron en los cementerios para llevar flores a sus difuntos.