Por un lado se podía escuchar una melodía norteña, por el otro una de mariachi, y quienes no podían pagar llevaban una grabadora 'para ponerle su canción favorita' a su familiar.
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Por un lado se podía escuchar una melodía norteña, por el otro una de mariachi, y quienes no podían pagar llevaban una grabadora 'para ponerle su canción favorita' a su familiar.
Por un lado se podía escuchar una melodía norteña, por el otro una de mariachi, y quienes no podían pagar llevaban una grabadora "para ponerle su canción favorita" a su familiar.Fotos: El Siglo de Torreón y Agencias
03 de noviembre 2006
Miles de laguneros se congregaron en los cementerios para llevar flores a sus difuntos.