El lugar no lució a su máxima capacidad pero ni falta que hizo, pues las damas -y uno que otro caballero que acompañó a su pareja- desbordaron emociones y gritaron cual ejército en batalla tras cada una de las provocativas coreografías del sexteto, las cuales no fueron ni muy espectaculares ni muy coordinadas, pero lograron su cometido: enardecer a las damas ya fuera a ritmo de cumbia, con música disco o con melodías sensuales.
El lugar no lució a su máxima capacidad pero ni falta que hizo, pues las damas -y uno que otro caballero que acompañó a su pareja- desbordaron emociones y gritaron cual ejército en batalla tras cada una de las provocativas coreografías del sexteto, las cuales no fueron ni muy espectaculares ni muy coordinadas, pero lograron su cometido: enardecer a las damas ya fuera a ritmo de cumbia, con música disco o con melodías sensuales.Foto: EL SIGLO DE TORREÓN 16 de diciembre de 2005
publicada el 16 de diciembre de 2005