La fuerte ovación no se hizo esperar al finalizar la primera pieza y así continuaría el resto de la velada, pues la audiencia supo reconocer la calidad del espectáculo en la maestría de los artistas con el movimiento y el sonido de sus cuerpos.
La fuerte ovación no se hizo esperar al finalizar la primera pieza y así continuaría el resto de la velada, pues la audiencia supo reconocer la calidad del espectáculo en la maestría de los artistas con el movimiento y el sonido de sus cuerpos.Fotos: El Siglo de Torreón
publicada el 29 de junio de 2005