De principio a fin, en el interior de esa carpa, el calor fue extremadamente agobiante y cuando las luces se apagaron, calmados también durante unos breves minutos los altavoces, en busca de ese clima propicio a la revelación por venir, la sala entera bajó también su volumen y se contempló abanicándose al unísono.
De principio a fin, en el interior de esa carpa, el calor fue extremadamente agobiante y cuando las luces se apagaron, calmados también durante unos breves minutos los altavoces, en busca de ese clima propicio a la revelación por venir, la sala entera bajó también su volumen y se contempló abanicándose al unísono.Fotos:Reuters y EFE 06 de octubre 2004.
publicada el 06 de octubre de 2004