El Teatro Ricardo Castro se convirtió en el punto de encuentro de la tribu de los gatos ‘Jélicos.La luna ‘Jélica’ brillaba sobre un callejón. Había escondites por doquier, pasadizos “secretos” por donde salían gatos inesperadamente: de arriba o abajo, de la derecha o la izquierda, de una orilla o del fondo.
Autor: JOSÉ A. RODRÍGUEZ , publicada el 27 de octubre de 2019