La gorda, la torta, el burrito, el sándwich, el refresco, la música, el niño llorando, las risas, las carcajadas, el sollozo de algunos que en verdad extrañan a alguien y el clásico "le limpiamos la sepultura".
Mientras un grupo tocaba y cantaba "cariño que Dios me ha dado para quererlo" a unos pasos unos niños jugaban entre las sepulturas y algunas mujeres preparaban lo que habían llevado para desayunar; en otro lado una pareja limpiaba la tumba de su ser querido y no muy lejos de ahí una familia rezaba el Santo Rosario con fervor.
Autor: OSVALDO RODRÍGUEZ, publicada el 03 de noviembre de 2017