Los que se encargan en limpiarlas aceptaban desde 10 pesos o menos si la gente no traía para más, por lo que bastaron 40 pesos, y 10 minutos para una pequeña oración o más tiempo si se rezaba un rosario al ser querido y ya se cumplió.
Mientras un grupo tocaba y cantaba "cariño que Dios me ha dado para quererlo" a unos pasos unos niños jugaban entre las sepulturas y algunas mujeres preparaban lo que habían llevado para desayunar; en otro lado una pareja limpiaba la tumba de su ser querido y no muy lejos de ahí una familia rezaba el Santo Rosario con fervor.
Autor: OSVALDO RODRÍGUEZ, publicada el 03 de noviembre de 2017