Francisco recordó su llegada a México en 1992 y se dijo mexicano, “cuando uno pasa de la tortilla de harina a la de maíz se convierte en mexicano”, aseveró y se ganó el aplauso y los gritos de los duranguenses.El sabor cubano, la música cubana, el sonido de las claves, los bongós, el son, el piano, el acento cubano, Pablo y Pancho, la conjunción de todos esos elementos hicieron del Centro Histórico de Durango un pedazo de La Habana.
Autor: LEÓN CARMELO ALVARADO, publicada el 15 de octubre de 2017