La renuncia al ataque de Ricardo La Volpe le permitió al Guadalajara tener el balón. Los americanistas se preocuparon más por descomponer los ataques del chiverío que construir los propios. Chivas levantó una sola vez la mano y el América cayó rendido. Una bofetada de Ángel Zaldívar, mediante un penalti, sirvió para derrumbar aún más a su máximo enemigo, empequeñecido y tristón.
Autor: JAM MEDIA, publicada el 19 de febrero de 2017