Los locales estuvieron desconcertados, porque nadie les impedía la circulación de la pelota hasta que llegaron a tres cuartos de terreno. Ahí, los nubarrones se colocaron en las mentes rojiblancas.Chivas levantó una sola vez la mano y el América cayó rendido. Una bofetada de Ángel Zaldívar, mediante un penalti, sirvió para derrumbar aún más a su máximo enemigo, empequeñecido y tristón.
Autor: JAM MEDIA, publicada el 19 de febrero de 2017