“Benedicto, Benedicto”, gritaron los fieles reunidos en la plaza cuando el Papa apareció en el sagrario para dar inicio a la ceremonia. Al comienzo de su homilía, el Pontífice recordó “los funerales de nuestro Santo Padre Juan Pablo II.Visiblemente emocionado y sonriente, vestido con la “casula” ó túnica dorada, el Pontífice fue aclamado por la multitud durante su recorrido por la plaza de San Pedro.Una vez finalizada la homilía dominical Benedicto XVI, sentado en el trono pontificio, saludó de mano una a una las 141 delegaciones oficiales que llegaron para la ceremonia.El Papa Benedicto XVI recorrió en un vehículo abierto la plaza de San Pedro, tras la ceremonia de inicio de Pontificado y luego recibió a las delegaciones oficiales de 141 países al interior de la basílica vaticana.El Papa se trasladó al Altar de la Confesión en el interior de la Basílica, desde donde comenzó la procesión al exterior para la celebración de la misa de investidura.El palio le fue entregado por el protodiácono, cardenal Jorge Medina Estévez, y el anillo por el decano del colegio cardenalicio, Ángelo Sodano.La larga ceremonia, celebrada en el sagrario de la Basílica de San Pedro, duró dos horas y 40 minutos.Entre los primeros en saludar al Papa estuvieron los reyes españoles, Juan Carlos I y Sofía; ella vestida de blanco, privilegio concedido a las reinas católicas. También de blanco vistió la gran duquesa de Luxemburgo, María Teresa, junto al gran Duque Henri.“Mi verdadero programa de Gobierno es no hacer mi voluntad, no seguir mis propias ideas, sino de ponerme, junto a toda la Iglesia, a la escucha de la palabra y la voluntad del Señor, y dejarme conducir por Él, de tal modo que sea Él mismo quien conduzca a la Iglesia en esta hora de nuestra historia”, declaró.El Papa dijo no necesitar presentar un programa de Gobierno pues “algún rasgo de lo que considero mi tarea lo he podido exponer ya en mi mensaje del miércoles 20 de abril, y no faltarán otras ocasiones para hacerlo”.Antes de pronunciar la homilía, Benedicto XVI recibió los símbolos de asunción del ministerio “petrino”: el palio o estola de lana con cinco cruces rojas bordadas, y el anillo del pescador.Benedicto XVI dijo que “la llamada de Pedro a ser pastor, que hemos oído en el Evangelio, viene después de la narración de una pesca abundante; después de una noche en la que echaron las redes sin éxito, los discípulos vieron en la orilla al Señor resucitado”.El Papa dijo que el palio es un “signo antiquísimo, que los obispos de Roma llevan desde el siglo IV” y que “puede ser considerado como una imagen del yugo de Cristo, que el obispo de esta ciudad, el siervo de los siervos de Dios, toma sobre sus hombros”.“En realidad, el simbolismo del palio es más concreto aún: la lana de cordero representa a la oveja perdida, enferma o débil, que el pastor lleva a cuestas para conducirla a las aguas de la vida”.“¡No tengan miedo de Cristo! Él no quita nada y lo da todo. Quien se da a Él, recibe el ciento por uno. Sí, abrid de par en par las puertas a Cristo, y encontrarán la verdadera vida”, dijo Benedicto XVI al final de su homilía, citando las palabras pronunciadas por su predecesor Juan Pablo II en la misa del inicio de su Pontificado en 1978.El Papa, que con la misa celebrada en la Plaza de San Pedro inició formalmente su Pontificado, aseguró que su programa de Gobierno no es seguir sus propias ideas, sino la voluntad de Dios.El Papa Benedicto XVI recibió el palio y el anillo del pescador, símbolos del Pontificado, durante la solemne misa de su investidura, en la que reconoció ser un “débil siervo de Dios” ante una “tarea inaudita”.