Si bien no hubo corneados en el encierro, en el tramo inicial dos toros quedaron separados de la manada. Esta situación es peligrosa, puesto que los toros solitarios son más peligrosos que cuando galopan en manada. Desde 1924, 13 corredores han muerto en el encierro. El último en morir fue un estadounidense, que murió tras una cornada en 1995.El encierro comenzó temprano en la mañana, cuando los adoquines de las calles aún estaban un poco resbaladizos por el rocío. Los seis astados de la ganadería de Alcurrucén enfilaron hacia la plaza de toros y recorrieron el camino en poco menos de 2 minutos y medio."Ese es el problema. La gente hace un buen encierro y empiezan a tomar riesgos", dijo Zazpe, que ha estado corriendo toros por más de 13 años.No obstante, un corredor veterano, David Zazpe, de 29 años, señaló que los encierros limpios conllevan a un exceso de confianza."Mañana vamos a intentar correr más pegados a los toros y quemar un poquito más de adrenalina", agregó su amigo, Richard Innes, también de la misma edad."Para ser honesto no fue tan emocionante. No es nada como lo muestran los libros", dijo el neocelandés Johnny McFarlane, de 26 años.Ninguna persona resultó corneada, aunque cuatro personas fueron trasladadas a un hospital luego de ser pisoteadas, señaló el gobierno regional de Navarra. Otros fueron tratados por moretones y raspones.Algunos corredores se mostraron un tanto decepcionados por lo limpio del encierro, y agregaron que esperaban mayor peligro por parte de los astados en los próximos siete encierros.No hubo ningún herido en el recorrido de los 825 metros que separan el corral de la plaza de toros, informaron las autoridades.Miles de temerarios se lanzaron a las calles de esta ciudad española para correr delante de una manada de toros, celebrando el primer encierro de los sanfermines del 2003.También se realizarán celebraciones religiosas con las "vísperas solemnes de San Fermín", con la asistencia de la corporación municipal en traje de gala.Sin embargo, son los encierros los actos más emblemáticos de los Sanfermines. Gran cantidad de público se congrega cada mañana, a las 06.00 de la mañana, en la parte vieja de la ciudad para correr por delante de los seis toros que horas después serán lidiados por los diestros que forman el cartel taurino del día.Estas fiestas son, ante todo, una mezcla de improvisación y de ingenio popular, en el que tienen gran protagonismo las catorce peñas que con su música y sus pancartas llevan la algarabía a las calles y a la plaza de toros.Pamplona, capital de la comunidad foral de Navarra, se convierte así en una ciudad cosmopolita y tolerante con todos los que se integran de buena gana en su particular manera de conmemorar a su patrón, San Fermín.Entretanto se adueñarán de las calles la música, los pasacalles, los bailes, las verbenas, los espectáculos infantiles, las comparsas de gigantes y cabezudos, los fuegos artificiales y, como eje central de las fiestas, los encierros y las corridas de toros, que inmortalizó el escritor estadounidense Ernest Hemingway en su novela "Fiesta".Todo apunta a que más de un millón de visitantes, cuatro veces su población habitual, se reunirán en Pamplona para disfrutar de los 242 actos festivos (27 por día) que están programados durante los nueve días de fiesta, hasta que se entone el "!Pobre de mí¡", cántico de despedida al patrón de la ciudad con el que el próximo día 14 concluirán los Sanfermines.ESPAÑA-SANFERMINES
Tradicional "chupinazo" da paso a más afamadas fiestas del país 06/07/2003 10:49 SOC
Pamplona (España), 6 jul (EFE).- El tradicional "chupinazo" -cohete anunciador- dio hoy inicio a nueve días ininterrumpidos de fiesta, jolgorio, música, bailes, encierros y corridas de toros en Pamplona, escenario de los Sanfermines, las fiestas más universales de España.
Del lanzamiento del cohete, que tuvo lugar a mediodía hora local (10.00 GMT) desde el banco principal del ayuntamiento de Pamplona, se encargó este año el concejal de la conservadora Unión del Pueblo Navarro (UPN) Juan Luis Sánchez de Muniaín, a quien por sorteo le correspondió este privilegio.
Al grito de "¡Pamplonesas, pamploneses, viva San Fermín!", Sánchez de Muniaín invitó a disfrutar de las fiestas a miles de personas que abarrotaban la céntrica plaza del Ayuntamiento de la ciudad, ataviados con su tradicional vestimenta de blanco y un pañuelo rojo al cuello, mientras gritaban de alborozo y descorchaban botellas de cava, con el que se regaban unos a otros.
La espera del "chupinazo" estuvo amenizada con música y con el espectáculo canadiense Kabuki, que se encargó de lanzar serpentinas y confetis sobre el públicoAl grito de "¡Pamplonesas, pamploneses, viva San Fermín!", Sánchez de Muniaín invitó a disfrutar de las fiestas a miles de personas que abarrotaban la céntrica plaza del Ayuntamiento de la ciudad, ataviados con su tradicional vestimenta de blanco y un pañuelo rojo al cuello, mientras gritaban de alborozo y descorchaban botellas de cava, con el que se regaban unos a otros.Del lanzamiento del cohete, desde el banco principal del ayuntamiento de Pamplona, se encargó este año el concejal de la conservadora Unión del Pueblo Navarro (UPN) Juan Luis Sánchez de Muniaín, a quien por sorteo le correspondió este privilegio.El tradicional "chupinazo" -cohete anunciador- dio inicio a nueve días ininterrumpidos de fiesta, jolgorio, música, bailes, encierros y corridas de toros en Pamplona, escenario de los Sanfermines, las fiestas más universales de España.