Clown, lagunero que conecta con la gente

Circos se plantaron en La Laguna y él se adentró al ambiente de las carpas. Se asombró con las contorsionistas y con entusiasmo observó el vuelo de los trapecistas. Los payasos le arrebataron carcajadas y los nervios se le activaron al ver el trabajo del equilibrista.

Era un niño pequeño dejándose seducir por el arte circense, maravillándose en cada acto, que años después, sin imaginarlo siquiera, él mismo llevaría a cabo.

Alfonso Guzmán, mejor conocido como Fonzy es un artista de circo que aunque no nació dentro de una familia que se dedicaran a ese arte, identificó a temprana edad que su corazón vibraba cada vez que dedicaba tiempo en hacer malabares. Su abuela paterna fue la que tuvo el ojo, pues en una Navidad le regaló un kit de circo, el cual delineó de manera contundente su futuro artístico.

Fonzy recuerda que navegó por su cabeza la idea de estudiar psicología o dedicarse a la música, pero con ninguna de las dos opciones, aseguró, tuvo buena conexión.

Fue platicando con un amigo que se enteró que en Puebla, una universidad ofrecía la licenciatura en arte circense y una esperanza se le alumbró. Se colocó frente al monitor de la computadora e investigó sobre ello, descubrió que sí existía la escuela y platicó con su mamá, que aunque ella le sugería que estudiara medicina (como ella), sabía que su hijo era un ser artístico y esa institución era una buena oportunidad para que explotara su talento, así que le animó las alas y lo apoyó a volar. Alfonso guardó su kit de circo y un monociclo que había comprado y se encarriló a tierra poblana para desarrollarse profesionalmente.

La Universidad Mesoamericana lo recibió con los brazos abierto y Fonzy se entregó de lleno a su carrera "fueron cuatro años y medio lo que estuve dentro de la carrera y de ahí, este proceso de transición, de acabar la licenciatura, de saber qué seguía estuve viviendo aproximadamente 7 años en Puebla", expresó.

Durante algunas vacaciones, Fonzy retornó a su tierra, en la cual, dijo, identificó que había muy poca actividad cultural, y respecto al circo era casi nula, por lo que visualizó una oportunidad para reactivar este arte en el lugar que lo vio nacer, fue así que junto con su compañera de acto y de vida Claudia Caballero decidió volver para comenzar a picar piedra y reactivar a Gómez Palacio en el aspecto cultural.

Actualmente llevan 5 años enraizados en La Laguna como Compañía Cometas y han sido la punta de la realización de varios eventos culturales en ese municipio, Let´s Gómez, por ejemplo, fue uno de los esfuerzos que realizaron para apropiarse de espacios públicos donde invitaban a otros artistas a mostrar su talento y compartirlo con la sociedad por medio de varias actividades.

Para Alfonso Guzmán es importante acercar la cultura a la gente y aún más la disciplina del circo, pues dice, tiene la bondad de transformar la vida de las personas, él, dice, es un claro ejemplo.

"A mí me cambió, me transformó por completo a muchos niveles. Físicamente hubo un cambio muy grande en mí a raíz de que comencé con el circo, mentalmente también".

Sobre lo que más disfruta de su arte, Fonzy expresó que es la parte en la que se presenta y hace al público parte de sus rutinas.

"Me gusta mucho estar frente a un escenario y compartir con las personas. Ver cómo el público responde aunque seas un extraño. Hay funciones en las que al final del show lograste conectar tanto con alguien que te siente muy cercano y llegan y te saluda, te abrazan, te piden fotos, eso es muy padre, la conexión y los vínculos que llegas a crear con el publico es muy bonito".

Actualmente Fonzy y Claudia son parte del programa Semilleros Creativos (que apoya el gobierno federal), y trabajan puntualmente para que más niños formen parte de sus talleres y de su arte circense.