Katia tiene 3 años como maestra, pero combina su actividad profesional con los estudios para mejorar su atención a los niños. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Katia Isabel Castro Rangel es una joven de 23 años, su pasión son los niños y pese a que no tiene hijos, ella decidió cuidar a varios a la vez.
Ella es maestra en la estancia infantil La Casita de Maly, ubicada cerca del Bosque Venustiano Carranza. Katia dice que uno de los mayores retos es cuidar la integridad de los menores, además de su educación.
"Debemos estar al pendiente de ellos para que no les pase nada, cuidarlos de que estén bien, de alimentarlos y educarlos".
El Gobierno de México cambió las reglas para el apoyo que se daba a las guarderías y eso ocasionó que muchos padres de familia sacaran a sus hijos de las guarderías particulares. Sin embargo, Katia dice que esta situación reforzó la actitud y el compromiso tanto de las encargadas como de los papás.
"Han estado muy bien, porque decidieron apoyar a la guardería, ya sea con despensas, otros dieron el apoyo para que no se cerrara, esto es muy bueno".
En la Casa de Maly actualmente hay 43 niños y niñas. Se les da el servicio de guardería, cuidados, educación, alimentación, todo con atención especializada y con personal profesional.
Katia es asistente educativa, ella estudió en el colegio Makarenko por dos años. "A mí me llevaban las vecinas a sus hijos a que se los cuidara, a que los peinara, de allí me surgió la inquietud".
Comenta que decidió elegir esta profesión porque "me gustan mucho los niños, estar al pendiente de ellos, lo quise desde siempre".