El Víacrucis terminó pasadas las 13:00 horas en la parroquia de Guadalupe en la colonia San Isidro.
Para el sacerdote, José Refugio Ochoa González, este Viernes Santo fue el día del verdadero amor, el de Cristo para dejar grandes enseñanzas a la humanidad.
Para el Padre Cuco, como lo conocen lo feligreses, esta es la primera vez que participa del Víacrucis en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús donde el grupo “Víacrucis, Camino de la Cruz”.
El sacerdote indica que el Víacrucis es un acto de piedad popular “que nos acerca a Dios de una manera sencilla por medio de imágenes, el Víacrucis es como un catecismo, lo que los niños aprenden a lo mejor en un año aquí lo viven. A los que son católicos y creyentes decirles que no se pierdan la oportunidad de participar en este tipo de actos aunque no se acerquen durante mucho tiempo pero que este día no pierdan la oportunidad de acercar a los niños con Dios y que de adultos no tengan algo muy vano y que tengan a Dios cerca de su vida”, dijo.
También tiene un mensaje para los no católicos.
“A los que no creen pues respetarlos y respetar sus ideas pero compartirles de nuestra lucha por el bienestar de todos, creyentes o no creyentes, tengan fe o no. Los que no creen pedirles que nos ayuden al menos a unir esfuerzos para llevar el bien y el amor a todos. El amor es universal”, dijo el sacerdote, quien indicó que para la iglesia católica este Viernes Santo representa un gesto de amor.
“Es el día del verdadero amor para nosotros, invitarlos a todos a que no dejen de participar”, acotó.
El Víacrucis terminó pasadas las 13:00 horas en la parroquia de Guadalupe en la colonia San Isidro.
