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Palabras de Poder / Buen uso de nuestras capacidades

Podemos ser ‘productivos’ sin importar nuestros impedimentos

Jacinto Faya Viesca

Ser “productivos” significa expandir nuestras actitudes y respuestas emocionales, intelectuales y sensoriales. Significa luchar constantemente por realizar nuestras potencialidades naturales. El Poeta Griego Píndaro, lo expresó magistralmente: “Ojalá llegues a ser el que eres”.

El “que eres” a que se refiere Píndaro es toda persona que ya lleva en su nacimiento una serie de capacidades y habilidades; las lleva de manera potencial, es decir, con la capacidad de materializarlas en su vida. Llegar a ser el que eres, es lograr con nuestra conducta, lo que nuestras capacidades muy personales nos reclaman.

Unos, nacieron con las capacidades para pintar, esculpir; otros, están dotados para la mecánica o las matemáticas; algunos, nacieron con capacidades para el comercio, las ventas, o los negocios, etc. Ser productivos, consiste en orientar nuestras capacidades, emociones, para aplicarnos con toda fidelidad en aquello que se “nos da”, como decimos coloquialmente.

Generalmente, la palabra “productividad” se asocia a la creatividad, y particularmente, a la creatividad artística, como la música, el teatro, la pintura, danza, escultura, poesía, etc. De hecho, todo artista con la expresión de su arte nos demuestra contundentemente, que es “productivo”. Y esto es cierto, pero no lo es, el creer que solamente el artista lo es.

Podemos carecer por completo, de capacidades artísticas, y aun así, ser altísimamente “productivos”. Por ello, es necesario saber con precisión, qué es y qué no es, ser productivo. Si el cerebro de una persona no está dañado, o si no sufre de severas perturbaciones emocionales, todo ser humano está dotado de lo necesario para llevar una vida altamente productiva.

Inclusive, personas que sufren de serias perturbaciones emocionales, llegan a lograr una productividad impresionante. Pintores, poetas, actores de teatro y cine, novelistas, a pesar de sus perturbaciones han sido un ejemplo de productividad.

Uno de los rasgos más característicos de una persona no productiva, es aquella que es muy activa, pero que su actividad no brota de su carácter independiente y de acciones que la motivan, sino que actúa en una actitud de sumisión y de dependencia: sus acciones nacen de reglas sociales que estima “tiene que aceptar”. Actúa por un sentido de falsos deberes; o bien, impulsada por el miedo a transgredir una serie de reglas religiosas.

Hay personas, que aparentemente actúan productivamente, como por ejemplo, quienes obran con base a profundas pasiones de celos, avaricia, masoquismo, sadismo, codicia, miedos. En estos casos, estas pasiones no nacen de una mente libre, sino de un cerebro atormentado por irracionales y ciegas pasiones que le impiden actuar con libertad y creatividad. Inclusive, personas de una gran “productividad material”, no son productivas en el significado exacto del término, pues sus acciones son intransigentes, obsesivas y dañinas. Un verdugo que mate a personas con gran eficiencia, por supuesto, que no es productivo.

El genocidio de más de seis millones de judíos, ese espantoso Holocausto del nazismo, esa eficiencia para asesinar en las cámaras de gas, ese orden preciso y eficiente de los carceleros del Holocausto, no fue en ningún sentido actos productivos de los nazis.

Se pueden realizar actividades de una sorprendente generación de riqueza, pero con una total improductividad: las altísimas ganancias económicas que obtienen los usureros, las elevadas ganancias derivadas de negocios ilícitos, la riqueza surgida por explotar a obreros, las desorbitadas utilidades económicas por monopolizar productos alimenticios y venderlos a precios forzados, etc.

El ser “productivo” no está relacionado con el éxito material o profesional, pero tampoco lo excluye. Un médico que preste sus valiosos servicios profesionales a favor de la sociedad, será mucho más productivo que otro médico que “explote” comercialmente y con ventaja, sus capacidades extraordinarias como cirujano.

Quisiera dejar claro que ser “productivos” consiste esencialmente en trabajar en aquellas actividades que “se nos da naturalmente”. Consiste también, en una actitud saludable de orientarnos ante el mundo y las personas. Ser productivo, es poner nuestras emociones, inteligencia, fuerza física, voluntad, al servicio de los demás; consiste en actuar libremente, y no obligados por dogmas estériles y ciegos.

Seremos “productivos”, cuando lo mejor de nosotros se oriente a un sano proceso de vivir. Lo productivo se mide no por el éxito material, sino por el ejercicio noble y saludable de nuestro carácter.

Todo carácter productivo esta esencialmente orientado al servicio de los demás. En muchas ocasiones, no somos productivos debido a que pensamos que no podemos realizar tareas productivas. Y aquí se aplica la sabia reflexión de Publilio Siro de la Antigua Roma, al escribir: “Nadie sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta”.

Se puede ser altamente productivo ejerciendo el trabajo más sencillo, siempre y cuando se ejerza con dignidad y con el deseo de hacer bien a otros.

Una madre que contribuye a mantener su hogar limpio, que se esfuerza en obtener el mejor rendimiento para aprovechar óptimamente el escaso ingreso económico del que dispone, a fin de alimentar a sus hijos adecuadamente, es una madre altamente productiva.

¡La productividad emana de una limpia dignidad encaminada a dar lo mejor de sí mismo a favor de los demás!

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