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Atentados a los recursos naturales de La Laguna

Luis Maeda Villalobos

Con las pruebas en la mano, es un deber ciudadano denunciar ante la población, las intenciones poco sensatas de grupos de poder, del mismo sector privado y autoridades gubernamentales, de querer exterminar este polo de desarrollo que es La Laguna, mientras las comunidades humanas, duermen. Ignoran que subrepticiamente se han elaborado proyectos para llevarse agua de la región, agua que escasea mientras el acuífero y las reservas del subsuelo se agotan. Esto desde el punto de vista general, parecerá un pronunciamiento necio, que desde luego tiene una finalidad: la de defender los recursos naturales como el agua, que es necesaria e indispensable para la vida y la sustentabilidad económica regional.

Las poblaciones sobreviven por el agua del acuífero, que no recibe el recurso suficiente de recarga y se sigue explotando como en antaño, cosa que causa el abatimiento de los niveles, al grado que en la actualidad se desconoce el volumen que queda, lo que debe ser de alta preocupación para todos los laguneros.

Es por ello, que todos, sin pasión alguna, deben conocer la serie de atentados como el acueducto que se ha pensado construir desde la presa Francisco Zarco hasta Saltillo, sin importar que los asentamientos humanos de la cuenca baja del río Nazas, se queden sin agua, vaso que sólo contiene un 16 por ciento de su capacidad. Es también contemplado en potencia, conducir parte del agua capturada por la presa El Realito, del cauce del río Aguanaval, cuya construcción todavía no comienza y curiosamente el primer río nace en el estado de Durango y el último, en el estado de Zacatecas, desembocando en La Laguna, que recibe el más grande de los beneficios.

No es posible pensar en la pretensión de dejar sin agua a la zona conurbada que comprende diez municipios de Durango y cinco de Coahuila, zona sedienta desde hace años, a causa del uso irracional del recurso y la deforestación enorme de la cuenca alta e intermedia, que ahuyenta las lluvias y entre otras cosas, permite la presencia de largos períodos de sequía como éste, de once años. La situación se agrava si se prolongara el estiaje otros once años más, como son los pronósticos de la N.A.S.A., que indican la ausencia de manchas solares en la zona ecuatorial del disco solar. La amenaza del metaloide cancerígeno, el arsénico tres, está latente a difundirse, en cuanto se abatan los niveles del acuífero regional y las reservas potables que quedan.

Otros atentados persistentes son, el vertimiento de las aguas residuales mixtas en el lecho seco del río Nazas, a nivel del ejido Las Huertas, el ignominioso relleno sanitario intermunicipal privado de la empresa P.A.S.A, Torreón-Matamoros, susceptible de contaminar las aguas subterráneas y el acuífero principal. A esto se agrega la falta de garantía de la impermeabilidad de los ocho módulos de la planta tratadora de Torreón, próxima a inaugurarse, cuyas aguas residuales, indudablemente contaminarán el acuífero, que sólo está a diez metros en la profundidad, sin el certificado que dé la garantía. Agresiones con la complacencia de las autoridades locales, estatales y federales, que se tapan la nariz como conciencias cuadradas.

No obstante ello, la sociedad organizada, con el afán de encontrar algunas soluciones en el caso del agua regional, sustentada en el derecho y la justicia, ha hecho una propuesta, elaborando un proyecto ejecutivo técnico-científico, por medio de los sondeos electromagnéticos o Sems, los que además de ser económicos, permiten conocer el perfil estructural y el estado de las reservas subterráneas, hasta una profundidad de mil metros o más. Laguneros por el Agua, A.C., O.N.G., ha iniciado el estudio y se espera que continúe la respuesta positiva a la invitación, de los sectores productivos y lograr el objetivo, con la práctica de los doscientos sondeos que se necesitan en todo el polígono. Sólo así se podrá conocer cuánta agua nos queda y con el diagnóstico podremos saber nuestro futuro, con una nueva normatividad en el uso y la conservación del recurso.

Hemos escrito sobre la situación del agua en La Laguna a las Naciones Unidas y a la Organización Mundial de la Salud, organismos de quienes esperamos respuesta, porque el agua es un asunto de seguridad nacional y el hombre es la medida de las cosas.

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