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¿Tienes Luz Propia? ¿O te Eclipsas?

Gerardo de la Garza Ortega
Gerardo de la Garza Ortega

¿TIENES LUZ PROPIA?  ¿O TE ECLIPSAS?

Por Gerardo de la Garza Ortega

Conferencista, Motivador Profesional y Director de MOTTIVARE

¡…con la fuerza de la palabra!

Una historia que brilla con luz propia, nos ilustrará este tema de hoy.

¡Hola!  ¿Cómo te va, mi distinguido y amigo lector?  Espero que el día de hoy sea excelente y maravilloso.

¿Pues qué te digo?  Que en un bosque, había una familia completa de luciérnagas.  Los jefes de familia, y los hijos de ellos, como pareja.  Siempre, como familia, salían juntos, para contemplar las cosas bellas de la vida.

En ocasiones observaban y escuchaban, allá a lo lejos, las notas de la canción de José Alfredo, “a la luz de los cocuyos”, y se sentían importantes, por haber sido seleccionadas para que un compositor de la talla de José Alfredo Jiménez, la cantara.

Todo era magnífico, todo era maravilloso, pero sucedió un día, un día nada agradable, que cayeron todas las luciérnagas en la cuenta que no estaba entre todos, la más pequeña de las luciérnagas…

¿Qué estará pasando?  ¿Porque no sale con toda la familia?  Hasta que uno de los jefes de la familia, ya no aguantó más, y decidió tomar las riendas del asunto, yéndose a visitarla.

A ver, mi pequeña luciérnaga, ¿porque decidiste no salir más con la familia?  ¿Qué no te das cuenta, que es importante salir, e iluminar el camino, para que se percate alguien, de la talla de José Alfredo, de la presencia de nosotras, y componga una canción?

¿Qué no te das cuenta de eso?  Y la luciérnaga pequeña no contestaba.  Se quedaba callada.  Hacía mutis, y no decía nada…  Decidiendo esconderse.

El jefe de familia desesperado por el mal comportamiento de la pequeña luciérnaga, y sin saber ni entender dónde se encontraba, decidió abandonar la búsqueda, y se dio la oportunidad de anunciar a viva voz, que si alguien llega a encontrar una luciérnaga sola, que nos llame, avisando dónde la podemos localizar.

Mientras tanto, la pequeña luciérnaga, se escondía en medio de la corteza del tronco de un viejo árbol, haciendo oración al buen Dios, diciendo así:

“Gracias, Señor, por permitirme que disfrute mi tiempo conmigo misma.  Y también gracias, porque me permitiste darme cuenta, que como yo tengo luz propia, no necesito salir, para darme cuenta.”

¿Cómo es tu luz, amigo lector?  ¿Es propia?  ¿O no usas la oportunidad, para brillar como maravilloso ser humano que eres?

Hay mucho por dar.  Te invito a que reflexiones al respecto, y decidas brillar con luz propia.

Aprovecho para comentarte, que el día de hoy vamos a poder observar de modo parcial, un eclipse de sol.  Ten mucho cuidado de no observar directamente el sol, aunque esté menos brillante, sus rayos te pueden dejar ciego.  Es mejor que lo veas por televisión.

Ahora sí, me despido…

Cierro como siempre, ...y a seguir pataleando, ¡porque no hay de otra!

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Bibliografía consultada:

Las Maravillosas Anécdotas de la Superación Personal.  Colección Literatura de Superación.  Corporación Editora de Chile.

Imágenes obtenidas de las siguientes direcciones:

http://www.applelianos.com/2016/07/20/las-luciernagas-estan-peligro-extincion/ 

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