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La nueva mafia

Armando Castil Rosell
Armando Castil Rosell

La nueva mafia

Seguir repitiendo como loros de patio la cantaleta de que Televisa y el América son la mafia del futbol mexicano, ya raya en el retraso mental. Al dueño de Televisa le interesa el dinero y por eso tiene años poniéndole toda su atención a la Selección Mexicana en todos sus aspectos, deportivos y administrativos. El peso que antes tenían las águilas en árbitros y en comisión disciplinaria sinceramente se ha diluido con el tiempo, los ejemplos sobran, el América ha sido atracado en finales por árbitros a los que ya no les importó quedar bien con el otrora omnipotente emporio televisivo deportivo. Decir que al América le ayudan los árbitros para ser campeón es ya más una leyenda urbana que inventó José Ramón Fernández y que mantienen algunos trasnochados como David Faitelson y André Marín. En fin.

El que a las televisoras ya no les importe tanto ganar la Liga MX, no exime a esta de seguir teniendo actores que presionan a quien tengan que presionar para sacar beneficios, es el caso de Grupo Pachuca , los propietarios de los equipos Regios y el grupo Orlegi. El partido del pasado sábado entre León y Santos es un claro ejemplo de ello.

El Santos de grupo Orlegi fue materialmente robado en León por un árbitro que aparte de incapaz, se mostró muy nervioso y totalmente condicionado después de repetir el penal a favor de los laguneros, claramente en el medio tiempo fue regañado o advertido por alguien y salió al segundo tiempo dispuesto a devolver una decisión favorable al equipo de los Martínez y así sucedió claramente, alargó el partido hasta que lo logró, increíble pero es imposible explicárselo de otra manera.

El árbitro debió expulsar a Mena y no lo hizo, después de eso, el trámite del partido traicionó a lo que muchos esperaban y Santos incluso debió anotar otro gol, eso provocó que las decisiones para favorecer al León hayan resultado de lo más burdas y con faltas al reglamento descaradas, eso solamente se puede explicar de una manera: hubo presiones para el árbitro, punto. No hablo de teléfonos rojos ni de escenas de película, simplemente se notó que el silbante sabía que estaba en problemas si no devolvía el “favor”.

Tristemente en nuestro futbol sigue habiendo en este caso personajes que pesan y afectan directamente decisiones importantes en la cancha, hoy fue en la fecha 6 pero imagínense este escándalo en una final. Cuidado.

TWITTER @manyecastil

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