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Juan Pedro Osorio Caixinha

Armando Castil Rosell
Armando Castil Rosell

Perdón pero no puedo evitar recordar el tiempo de la era Caixinha en Santos cuando se habla hoy de Selección Nacional y de Juan Carlos Osorio. Los odiadores de Don Pedro hoy alzados a dioses por según ellos avisar del descenso de Santos siguen sin superar que el portugués se haya ido ganando trofeos. Dicen que el traumado soy yo pero en realidad son ellos; los que nunca le entendieron, los que siempre pidieron su cabeza, los que a la fecha lo odian por haber hecho su trabajo, quizá muy alejado de decisiones populares, no comprendido por jugadores de vieja escuela mexicana, con derrotas inolvidables pero también con campeonatos, en pocas palabras: finalmente efectivo.

Hoy a Juan Carlos Osorio le pasa lo mismo. En las principales cadenas deportivas por cable piden su cabeza pero no atinan a decir la razón por la cual la solicitan, la actitud es patética, siempre terminan por hablar del 7-0 y de que el colombiano hace cosas extrañas. Esta es la primera vez que veo a un técnico tan criticado a pesar de ganar casi siempre. Yo sinceramente no entiendo a veces sus listas de convocados pero cuando escucho sus justificaciones tampoco puedo decir que no tengan sustento y termino dándole el beneficio de la duda. A Osorio se le está poniendo como plazo fatal ganarle a Estados Unidos en Columbus, cosa que prácticamente ningún técnico del TRI ha logrado, también se le exige ganar en Panamá, a ningún otro técnico que recuerde se le ha pedido eso de visitante en un hexagonal. Estamos ante aquella exigencia a Caixinha de ganar el campeonato. Sus odiadores se decían "hartos de quedar en semifinales" jajaja ah, cómo se extrañan las semifinales hoy ¿no?

En México no nos gusta lo diferente, preferimos lo de siempre aunque sea malo, esto aplica en todos los aspectos de nuestras vidas. Es increíble que se esté pidiendo de regreso a Miguel Herrera o a Ricardo La Volpe, el primero salió por una falta de disciplina grave, sería ridículo su regreso. De La Volpe qué decir, ya tuvo su tiempo, hizo lo que quiso, llevó a su yerno al mundial, ya no me queda espacio para enumerar las ridiculeces que hizo al frente del TRI.

A Osorio se le quiere echar porque nos cae mal, porque no nos gusta alguien sincero en el micrófono, porque los amistosos los toma como tales y no nos engaña ganándolos con la alineación que todos pensamos que iba a poner. Porque sí trae un plan a largo plazo, porque maneja sistemas que no entendemos pero que pueden servir, porque simplemente es distinto y nuestra selección mexicana no se toca. Ahí sí nos sale lo patrioteros, no a la hora de votar, no a la hora de irnos a trabajar sino a la hora de que un colombiano que sabe más que nosotros de futbol con triunfos nos calla la boca.

¿A poco no se acuerda de Caixinha?

TWITTER @manyecastil

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