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¡ADIÓS, JOHAN!

Armando Castil Rosell

De niño tuve varios ídolos que jugaban o jugaron futbol. Mi Papá me enseñó a admirar a Pelé, no me tocó verlo ni en el Cosmos pero sus videos en especiales de televisión dedicados a él casi siempre en fechas cuando se acercaba una Copa del Mundo corroboraban todo lo que mi padre me decía del astro brasileño. Después por criterio propio fui fan a muerte de Maradona y Hugo Sánchez también de Zelada y de Brailovsky. Después del colegio no hacía otra cosa que ver y jugar futbol, fui niño en los ochentas, en aquel tiempo coleccionabas estampitas, recortabas el periódico, comprabas pósters en el centro de Torreón o cuando ibas de viaje al Distrito Federal, después de eso, la tele. No había más.


Un día en la Soriana de la calle Victoria de Gómez Palacio donde mi mamá hacía el mandado vi un libro ilustrado que se llamaba La Historia de los Mundiales 1930-1982, después de una pataleta y berrinche mi madre accedió a comprarlo, estaba muy bien hecho, según recuerdo no era nada barato tal libro. Me lo aprendí de memoria, sabía los goleadores de cada mundial, las historias increíbles como el Maracanazo, los fracasos de México. Pelé y Brasil, sin embargo, me llamó demasiado la atención Holanda, dos veces subcampeón. Le pregunté a mi Papá (quién me enseñó todo lo que sé de esto) y me dijo: "Era un equipazo, hijo. El mejor era Cruyff, si hubiera ido al 78 le ganan a los méndigos argentinos". Me dijo que ese chavo Cruyff estaba muy cerca de Pelé y Di Stefano, también me dijo que estaba por retirarse ya jugando en Holanda con el Feyenoord.


Conforme crecí corroboré lo grande que fue Cruyff y su legado como jugador pero aunque yo sea un Madridista debo reconocer que lo que más dejó en mi cabeza fue aquel Barcelona que dirigió y ganó todo, lamentablemente en ese entonces eran esporádicas las transmisiones del futbol español pero cuando los vi los disfruté demasiado. Era una fiesta ver a Romario a Stoichkov y compañía, recuerdo muy bien que en la banca del Barcelona todo era alegría, daba envidia, se veía que la pasaban muy bien y que además ganaban todo. El homenaje a Cruyff en el Camp Nou fue memorable, juntó a todos los cracks que dirigió, le llamó a Stoichkov "el más completo" pero con Romario fue claro, le dijo "el mejor".
Por eso quiero agarrar de las greñas a los chavos que dicen ser barcelonistas sin tener idea de aquel Barcelona de Cruyff, aquel que sí, les voy a reconocer, aquel que si me gustaba verlo ganar.


Gracias por tanto, Johan. Descansa en paz.


TWITTER @manyecastil

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