Los seis meses perdidos

Los resultados son lo más importante en el futbol. Más en el mexicano, en el que se disputan torneos cortos y no hay tiempo que perder. Las directivas se desesperan pronto y toman decisiones precipitadas. Como cuando en Santos corrieron a Rubén Omar Romano teniendo en puerta una semana complicada con partidos en la Liga de Campeones de la Concacaf y en el Clausura 2011. Pero eso ya quedó atrás, como igual es pasado la barbaridad de traer a un técnico sin logros a dirigir a un club que aspira a la grandeza.

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Sólo pasaron seis meses para que el Comité Directivo del Santos (como le llaman) se diera cuenta del error que cometió a finales de febrero al traer a Diego Cocca, quien en Argentina fue destituido del Gimnasia y Esgrima, club que tiempo después cayó a la segunda división. Ni su buen porte y trato amable pudieron ocultar el mal funcionamiento del equipo, más allá de los pobres resultados que dejó. Alejandro Irarragorri, presidente del Santos, no podrá quejarse. En sus primeros días, Cocca dijo que para él los resultados no eran lo más importante. Y lo demostró.

Irarragorri entró a la defensa. Lo comparó con el “inexeperto” de Pep Guardiola, técnico que tomó las riendas del Barcelona sin haber dirigido nunca a otro equipo de Primera División. Aseguró que Ferguson en el Manchester United había tardado 5 años en ganar su primer título. Afortunadamente para la causa santista, Irarragorri recapacitó a tiempo. Y Cocca se va sin dejar nada más que un grupo de fervientes admiradoras.

Ahora el presidente de Santos presenta una cara distinta. Ya no quiere precipitarse y se tomará el tiempo necesario para designar al nuevo entrenador. Él y su Comité Directivo, claro está. Sin embargo, la idea de traer a Bob Bradley al Santos deja ver un poco de desesperación. Ya se dio cuenta, y quizá ya leyó el currículum de Cocca, el cual no decía nada bueno, y ahora se fue a lo “grande”.

Por lo pronto, Rergis dirigirá a Santos el sábado contra Chivas, mientras ellos siguen barajando nombres en busca del hombre ideal. Tal y como debieron hacerlo hace seis meses.

Me despido, chao!