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PRI reloaded

Carlos Castañon

¿Por la mayoría absoluta?

Paso tras paso, victoria tras victoria,  el PRI se apunta claramente como el próximo ganador de la campaña electoral. En la mayoría de los comicios electorales celebrados durante el 2008, el tricolor se impuso como el gran ganador, casi recordando los viejos tiempos del partido único.  Por el contrario, el grueso de las derrotas las cargó el PAN, incluso en aquellos espacios que se consideraban históricamente favorables. Hoy por hoy, y esto resulta contradictorio para el partido en el poder, el panismo se derrumba, apenas el año pasado si consiguieron un 3% de victorias electorales; casi nada. Llámese decepción, incapacidad e ineficiencia para gobernar o exceso de confianza, son algunas razones de la derrota panista, y los electores están marcando sus preferencias hacia el PRI.

La reciente encuesta de Reforma (23 febrero), publicada el lunes pasado, dibuja en cierta forma la caída libre del PAN y el reposicionamiento del PRI. Tan sólo en los últimos dos meses, el partido de Felipe Calderón se desplomó doce puntos porcentuales, mismos que el PRI ganó consistentemente desde el año pasado.  Los resultados de la encuesta nacional, son similares también, a los expuestos por El Universal (9 de febrero), donde la ventaja se abre 15 puntos a favor del PRI. Dicho de otra forma, si este mes fueran las elecciones,  el PRI obtendría 39.9% de los votos, mientras que el PAN alcanzaría 25.1% y el PRD 15.4%.

El panorama no podría ser mejor para el tricolor, ya que inicia en su mejor momento desde hace seis años, incluso, en la encuesta de Mitofsky (enero), donde se mide el rechazo de los votantes hacia los partidos, el PAN le ganó al PRI el segundo lugar del partido más rechazado (24%), sólo superado, y con creces, por el PRD, que suma ya un 43% de rechazo. Con estas cifras, está claro que la próxima legislatura quedará dominada por el PRI, quien ocupa actualmente la tercera posición en el Congreso, pero que se comporta y marca el ritmo de la agenda como si fuera primera fuerza. No obstante, se plantea ya la posibilidad, que desde 1997, un partido logre la mayoría absoluta, cincuenta por ciento  más uno, lo que equivale a 251 diputados para controlar el Legislativo. De ser así, estaríamos ante un rechazo contundente al proyecto del presidente Calderón y consecuentemente, a la factibilidad del arribo del PRI a los Pinos.


Pero ¿qué puede ofrecer este regreso inminente del PRI, esta versión reloaded o recargada?  Veamos un ejemplo. Hace un días, el presidente del PAN, Germán Martínez, criticó al PRI por el “fracaso los gobiernos”. La respuesta no se hizo esperar y según un senador del PAN, esta discusión tumbó las negociaciones en el Senado para que se aprobaran tres iniciativas importantes del presidente Calderón en materia de seguridad y combate al crimen organizado, tales como, la extinción de dominio sobre los bienes del narco.  Mientras el crimen organizado no descansa, la política se paraliza para dar paso al chantaje. No te apruebo porque me criticas. Al final no importa la urgencia ni la pertinencia de las iniciativas, porque nuestro tiempo, lo deja claro la clase política, es otro. Y ese es el mensaje que da el PRI, en un momento en que se apunta casi como el gran ganador de los comicios. Su desprecio hacia el tema de seguridad, nos deja en claro para qué quiere el poder. Al final, lo que debiera interesar no es tanto si el PAN, el PRI o el PRD proponen, sino la calidad del trabajo que va encaminado a mejorar la vida pública en México, ahora tan degradada por la violencia.

De poco ayuda un partido con la mayoría absoluta en el Congreso, si la política carece de una visión de Estado, pues al final, estará siempre al servicio de unos pocos. Resulta desalentador que mientras el crimen organizado actúa a diestra y siniestra, los políticos utilicen el tema de la seguridad como materia prima para las elecciones. Así de pequeña es nuestra política, así de efímera y estéril.

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