¨Matrimonio¨ 

German de la Cruz Carrizales
German de la Cruz Carrizales

Recuerda…

El matrimonio proviene del noviazgo y de las caricias afectivas. Un buen matrimonio dignifica la pareja. Un matrimonio mal llevado puede arrojar a las personas a la más terrible confusión y a la decepción más profunda.

El matrimonio es la unión del hombre y la mujer concertada mediante un compromiso legal y religioso por el cual se ligan perpetuamente en promesa de ayuda mutua, amor, respeto y fidelidad.

El único lugar digno para el crecimiento de los niños es una familia afectuosa. El anhelo más grande del ser humano es un hogar feliz.

Vivir en una familia con maltrato, frialdad, vicios o desorganización daña la personalidad, inhibe a los individuos, impide crecer, provoca complejos. Lo más amargo y triste que puede sucederle a alguien es vivir en un hogar infeliz.

Dos noticias; una buena y una mala. 

La  buena: el matrimonio es para toda la vida. La mala: el matrimonio es para toda la vida.

Las Cuatro Ruedas Del Matrimonio

Casarse se asemeja a emprender un viaje alrededor del mundo. Para evaluar las posibilidades de éxito, es preciso cuestionarse cuatro preguntas:

PRIMERA: ¿NOS ATRAEMOS FÍSICAMENTE?  ¿Experimentamos magnetismo, enamoramiento, pasión, agrado corporal? Si con el tiempo alguno de los cónyuges abandona su cuidado físico para agradar al  otro, si se vuelve sucio, tosco o grosero, la rueda pasional se avería y el vehículo se estancia.

SEGUNDA: ¿ME CONVIENE COMO PAREJA? En la expedición, ¿será una carga o una ayuda? ¿La persona es física y mentalmente sana, trabajadora, ingeniosa, decidida, agradable a los ojos de los demás, posee recursos económicos es responsable e independiente de sus padres? Esta segunda rueda puede averiarse el vehículo si uno de los cónyuges se niega a trabajar o a cumplir sus responsabilidades, si adquiere un vicio, comete fraude, es encarcelado o se vuelve destructivo. Los conflictos por falta de dinero se originan en esta rueda.

TERCER: ¿NOS COMUNICAMOS BIEN? ¿Es interesante conversar con mi compañero de viaje? ¿Nos complementamos intelectualmente nos comunicamos con fluidez, somos espiritualmente afines, compartimos los mismos anhelos? ¿Nuestra convivencia es constructiva pues aprendemos uno del otro? Si en el matrimonio se pierde el gusto por charlar y compartir sentimientos, si el cónyuge ve la televisión en exceso, si se niega escuchar, se vuelve egoísta o abandona su preparación intelectual o espiritual, la tercera rueda se daña y estanca el vehículo.

CUARTA: ¿ESTOY DECIDIDO A AMAR A ESA PERSONA? ¿He involucrado al máximo mi voluntad? ¿Poseo una conciencia de renuncia al pasado, acepto que nada volverá a ser igual, que todo lo propio será de mi compañero, que mi tiempo, dinero y bienes los compartiré con él de por vida? ¿He tomado esa decisión libremente, sabiendo que implica sacrificios, amor incondicional y entrega total sin reservas? Si en matrimonio sobreviene la apatía, la soberbia o la nostalgia de la soltería, sobrevendrán los malos tratos, los desprecios e incluso la infidelidad. El verdadero amor es producto de la voluntad y no del romanticismo. 

 

Como puede verse, antes de emprender un viaje de tales magnitudes, y periódicamente, una vez iniciado el viaje, es imprescindible revisar con gran cuidado las cuatro ruedas del vehículo.

Sexo En Función De Los Cuatro Elementos 
Si en una pareja sólo existe atracción física, sus relaciones sexuales serán instintivas y superficiales. Si sólo hay conveniencia, el sexo se parecerá mucho a la prostitución, al intercambio de mercancía. Si sólo hay comunicación espiritual, el sexo se convertirá en un sucio “trámite carnal” Si sólo existe voluntad, el acto sexual será un sacrificio, parte de las obligaciones e imposiciones maritales.

Una relación SANA debe ser, a la vez, pasional, de conveniencia, de complemento y de voluntad.

Tener relaciones sexuales, cuando existen los cuatro elementos, al mismo tiempo, es el acto más sublime y hermoso que pueden vivir dos personas. Si alguno de estos aspectos falla, la vida sexual también se deteriorará.

Problemas Sexuales En El Matrimonio

Existe la idea errónea de que la mayoría de las uniones conyugales fracasa por mal acoplamiento sexual, pero ésta es una gran mentira. El sexo, solo, no puede ser causa de divorcio, ya que la vida sexual plena depende de cuatro factores.

Si existen los cuatro elementos: pasión, conveniencia, comunicación y voluntad, ninguno se atreverá a lastimar o exigir al que está fallando sexualmente. Tomados de la mano en un ambiente de complicidad, lucharán juntos y, a menos que tengan una rara disfunción física, resolverán sus problemas sexuales siempre.

El sexo en el matrimonio implica una convivencia de compromiso que funde las personalidades de los cónyuges; por tanto, crece y mejora con el tiempo,

Unión Y Amor Libre

A la unión libre le falta el cuatro elemento: Decisión.

La unión libre es una señal de duda. Es convivir como cónyuges, pero sin compromiso matrimonial, disfrutarse en total intimidad sin promesa de fidelidad, saber que el quinto cofre no es realmente de ambos, no se fundirá en uno, que la relación es “a prueba” y puede acabar en cualquier momento, sin muchas complicaciones.

El término “amor libre” es contradictorio en sí mismo: el que ama se compromete con su pareja.

Cuando se procura emprender un “amor libre”, La pareja se vuelve esclava de la incertidumbre, la manipulación y el egoísmo.

El verdadero amor no está libre de compromiso, pero es en realidad el más libre, porque los seres humanos comprometidos pueden amarse sin límites de entrega ni de tiempo.

Ser Feliz A Toda Costa

Muchas personas piensan que la misión del ser humano es ser feliz. Pero la felicidad por sí misma no puede ser el objetivo de la vida.

Quien cree que nació sólo para ser feliz es el más propenso a las juergas, los desmanes sexuales, las orgías, las comilonas, el culto al dinero, el alcohol, la droga y la unión libre...

La misión del ser humano no es sólo ser feliz sino ser maduro, y en la madurez hallar la felicidad verdadera.

La madurez se logra mediante la responsabilidad de nuestras decisiones y asumiendo decisiones responsables. Todos estamos llamados a la madurez. Quien deja de madurar deja de crecer, y quien deja de crecer comienza a envejecer.

Similitud Entre Carrera Profesional Y Matrimonio
 

Con quién casarse y qué carrera profesional estudiar son las dos decisiones más delicadas de un joven. Muchos, por temor, prefieren no elegir y postergan indefinidamente este paso.

Hay quienes escogen una carrera “fácil” para no sufrir ejerciéndola; otros eligen la que creen más “lucrativa” para ganar mucho dinero con poco esfuerzo. Ni unos ni otros entienden que ni los diplomas ni el dinero dan la felicidad. Lo valioso de una profesión no es el “título” sino la madurez, la velocidad de pensamiento, la capacidad de análisis, la agudeza mental, los hábitos de lectura, la disciplina de trabajo, la amplitud de ideas y el buen juicio que se obtienen con ella.

No importa si el diploma enmarcado dice “Médico cirujano” o “Ingeniero industrial”, sino el porcentaje del título que es fraude y el que se respalda honestamente con capacidad mental adquirida.

Indudablemente, quienes estudian bien una carrera profesional, cualquier que ésta sea, maduran más y logran un mayor criterio que quienes deciden no estudiar. Lo mismo sucede con el matrimonio.

Quienes se casan y asumen bien el compromiso definitivamente crecen y maduran más que quienes no lo hacen.

Con frecuencia la gente se queja de haberse equivocado al elegir carrera o pareja, pero no existen carreras ni parejas perfectas. Siempre será preferible elegir y seguir adelante, creciendo y madurando, que permanecer soltero o sin estudios por cobardía.

¿Vale La Pena Casarse?

En la vida, cada quien escala su  propia montaña. Algunas personas prefieren hacerlo solas para sentir la satisfacción individual de conquista cada risco sin ayuda y sin compartir el éxito con nadie.

A menos que viva una experiencia espiritual muy intensa, el soltero normalmente se torna cada vez más egoísta e intolerante, le exasperan los niños y se irrita con gran facilidad ante los errores ajenos.

Uno de los valores más grandes de casarse es descubrir al ser humano adulto que existe dentro de nosotros. 

El matrimonio es una aventura extraordinaria hacia el crecimiento y la madurez. Implica dejar de viajar solo y emprender la expedición acompañado, escalar la montaña de la vida ayudando a alguien y siendo ayudado por alguien.

Casarse brinda a la persona la oportunidad de aprender  a amar verdaderamente, a entregarse por completo, a heredar a unos hijos lo mejor de sí, a ser feliz haciendo feliz a la propia familia, a trascender hallando un sentido de misión vital.

En la época actual se necesita mucho valor para casarse, pero definitivamente es una oportunidad que nadie debe negarse.

El matrimonio vale la pena.

El Compromiso Del Amor Profundo (Lectura)

Un famoso maestro se encontró frente a un grupo de jóvenes que estaban en contra del matrimonio. Los muchachos argumentaban que el romanticismo constituye el verdadero sustento de las parejas y que es preferible acabar con la relación cuando éste se apaga en vez de entrar a la hueca monotonía del matrimonio.

El maestro les dijo que respetaba su opinión, pero les relató lo siguiente:  

-Mis padres vivieron cincuenta y cinco años de casados. Una mañana mi mamá bajaba las escaleras para prepararle a papá el desayuno y sufrió un infarto. Cayó. Mi padre la alcanzó, la levantó como pudo y casi a rastras la subió a la camioneta. A toda velocidad, rebasando, sin respetar los altos, condujo hasta el hospital. Cuando llegó, por desgracia, ya había fallecido. Durante el sepelio mi padre no habló, su mirada estaba perdida. Casi no lloró. Esa noche sus hijos nos reunimos con él. En un ambiente de dolor y nostalgia recordamos hermosas anécdotas. Él pidió a mi hermano teólogo que le dijera dónde estaría mamá en ese momento. Mi hermano comenzó a hablar de la vida después de la muerte, conjeturó cómo y dónde se encontraría ella. Mi padre escuchaba con gran atención. De pronto pidió: “Llévenme al cementerio”. “Papá”, respondimos, “¡son las once de la noche! No podemos ir al cementerio ahora.”  Alzó la voz y con una mirada vidriosa dijo: “No discutan conmigo, por favor, no discutan con el hombre que acaba de perder a la que fue su esposa por cincuenta y cinco años”. Se produjo un momento de respetuoso silencio. No discutimos más. Fuimos al cementerio, pedimos permiso al velador, con una linterna llegamos a la lápida. Mi padre la acarició, oró y nos dijo a sus hijos, que veíamos la escena conmovidos: “Fueron cincuenta y cinco buenos años... ¿Saben?, nadie puede hablar del amor verdadero si no tiene idea de lo que es compartir la vida con una mujer así”. Hizo una pausa y se limpió la cara. “Ella y yo estuvimos juntos en aquella crisis. Cuando cambié de empleo”, continuó. “Hicimos el equipaje cuando vendimos la casa y nos mudamos de ciudad. Compartimos la alegría de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lado del otro la partida de seres queridos, rezamos juntos en la sala de espera de algunos hospitales, nos apoyamos en el dolor, nos abrazamos en cada Navidad y perdonamos nuestros errores... Hijos, ahora se ha ido y estoy contento, ¿saben por qué?  Porque se fue antes que yo; no tuvo que vivir la agonía y el dolor de enterrarme, de quedarse sola después de mi partida. Seré yo quien pase por eso y le doy gracias a Dios. La amo tanto que no me hubiera gustado que sufriera...”. Cuando mi padre terminó de hablar, mis hermanos y yo teníamos el rostro empapado por lágrimas. Lo abrazamos y él nos consoló: “Todo está bien, hijos, podemos irnos a casa; ha sido un buen día...”. Esa noche entendí lo que es el verdadero amor. Dista mucho del romanticismo, no tiene que ver demasiado con el erotismo, más bien se vincula al trabajo y el cuidado que se profesan dos personas realmente comprometidas. Cuando el maestro terminó de hablar, los jóvenes universitarios no pudieron rebatirle. Ese tipo de amor era algo que no conocían…

Los Hijos

Sólo cuando la pareja tiene hijos funde totalmente sus capitales afectivos en uno solo y se da la oportunidad de compartir ese capital común con otros seres vivos. 

Todo lo que Dios da a las personas es realmente prestado. Se les da para que lo multipliquen y lo repartan. El que se queda con lo prestado para atesorarlo se convierte en un ladrón. Su egoísmo lo pierde, su comodidad lo arruina. 

Los casados que, pudiendo tener hijos, optan por no hacerlo en aras de continuar una vida ligera y libre de ataduras son, en realidad, holgazanes, irresponsables y ladrones.

Por supuesto que, hoy en día, es difícil educar a un hijo, pero enfrentar ese reto ennoblece, engrandece y ofrece a la pareja la oportunidad de trascender.

Se asciende verticalmente logrando metas propias. Se trasciende diagonalmente atravesándose en la vida de otras personas para ayudarlas a subir.

La mejor y más noble forma de trascender es darle a un hijo los valores, principios, hábitos, quereres y conceptos propios, en un hogar estable, de amor conyugal responsable.

El matrimonio con hijos es maldición para quien busca el placer egoísta, pero puede convertirse en bendición para quien está dispuesto a asumir el verdadero compromiso.

El Reto Más Difícil De La Vida (Lectura)

Yo no quiero la unión libre. Quiero casarme contigo. Amor, si lo hacemos, el periodo de adaptación será largo, difícil doloroso. Pasarán años y no terminaremos de aprender a convivir como pareja. Será complejo, pero valdrá la pena, porque cuando todo parezca ponerse en contra tuya, cuando caigas y te sientas derrotado, sabrás que habrá alguien que te espera con los brazos abiertos, que te ama, que se siente mal por tu tristeza, que estará a tu lado siempre, no importando los giros de tu fortuna. Y si es tarde y no has llegado a casa, tu esposa estará despierta, mirando el teléfono y asomándose por la ventana cada vez que oiga un auto. Y a mí, cuando los niños me falten al respeto, cuando el trabajo de la casa me agobie, cuando mis planes se deshagan y todo parezca venirse abajo, mi esposo me apoyará, me tomará de la mano y me dará fuerzas, como un amigo sincero en cuyo pecho podré llorar abiertamente, sin vergüenza ni temor. Así como compartiremos el dolor también estaremos juntos para vivir las alegrías de nuestros logros, la felicidad de las fechas importantes, la belleza de ver crecer a nuestros hijos. Y cuando apaguemos la luz después de un día intenso tendremos a quien abrazar por debajo de las sábanas para quedarnos dormidos al calor de su cuerpo… Dios te bendice y te acoge!!!

Despertar…es

“La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor. Y lo bueno nunca muere. Estaré deseando que estas palabras te encuentren, y te encuentren bien”. A la luz de nuestras familias, decía Jesús, “No me digas que me amas, dime como vives”. “La familia que ora unida, permanece unida”. INICIATIVA LAGUNA un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el MUNDO!!! Estoy a sus órdenes en la dirección electrónica: [email protected]. A través de Twitter: @Germandelacruzc Lo invito a visitar mi blog con más de 760 artículos de su interés: https://www.elsiglodetorreon.com.mx/blogs/familia

“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”
Germán de la Cruz Carrizales
TORREON, COAH. MÉXICO

MMXXIV

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