¨Programaciones ¨               

German de la Cruz Carrizales
German de la Cruz Carrizales

Recuerda…

Ahora que ya hemos anotado varios puntos de referencia a nuestro tema central de “Origen, causa y efecto”, veremos en forma detallada, cuales son las verdaderas razones o causas de todo lo que nos pasa en la vida.

No importa cuales pudieran ser sus problemas, si usted abre bien su mente, si deberás es sincero con usted mismo y acepta para sí los conceptos que vamos a tratar en adelante, usted encontrará, sin duda, el origen de sus fallas.

“Programación”. Esto sucede en nuestra mente, desde el momento en que somos concebidos a través de la genética psíquica, nuestro subconsciente empieza a ser programado tanto por los pensamientos de la madre como por los pensamientos del padre.

Cuando el niño está en el vientre de la madre, tanto lo que ésta piensa, dice, oye o siente, a través de su “sentir” inmediatamente “comunica” ese sentir al hijo que ahora trae en sus entrañas.

“Deberá ser Hombre”. Una de las ideas que más influyen en el pequeño ser que ahora está en formación, es cuando los padres empiezan a desear que el hijo sea de determinado sexo. 

Cuando la pareja se da cuenta que ya viene un hijo y que es el primero, generalmente (no quiere decir que siempre sea así) deseamos que el primer hijo sea  “hombre”, que sea como su padre y se va a llamar igual que su padre. Es decir, si al papá le gusta el fútbol, al hijo también le debe gustar el fútbol, si el papá es médico, el niño también va a ser médico, etc., etc., y desde luego que también deseamos perpetuar nuestro nombre y que mejor que el hijo también se llame como el padre.

Y de ahí en adelante, por nueve meses todo lo que ese nuevo ser “oye” o “siente”  será: deberá ser hombre… deberá ser hombre… pero llega el día del parto y nace una “mujer”, formas físicas de mujer, apariencia física de mujer, necesidades físicas de mujer, pero mentalidad de “hombre”.

Esas niñas cuando son pequeñas no les gusta jugar a las muñecas, a los trastecitos, sino que quieren jugar juegos rudos, de hombre. Son esas niñas que las mamás dicen que son muy “machetonas”, “hombronas”, “marimachos”. Posiblemente aquí estamos hablando de “lesbianismo” esa desviación sexual que hace que la mujer tome el lugar del hombre, se juntan con otra mujer y ella toma el lugar del marido, son celosas, posesivas, en ciertos casos hasta destructivas.

Algunas de estas mujeres se visten como hombres, no son nada femeninas, no les gusta maquillarse, nunca se ponen vestido y cuando por alguna razón deben hacerlo se sienten ridículas, fuera de lugar, sus pláticas son muy fuertes, les gusta usar un lenguaje “carretonero” son las que toman las decisiones en el hogar, es decir, su actuación es de un “hombre”. Hoy día se ha legislado y aprobado para que tengan ya derechos este tipo de relaciones.

O bien son todo lo contrario, pues como no sienten que son “mujeres” quieren a toda costa demostrarse y demostrar a los demás que son muy “mujeres” y entonces exageran su maquillaje, andan con muchos hombres, tienen muchos hijos, solo por sentir que son mujeres.

Me tocó atender el caso de una señora, esposa de un médico, que su aspecto era hosco, su cuerpo fuerte, sus manos exageradamente grandes, dedos cortos y anchos, no habían podido tener familia. Ella decía que cuando en su hogar se descomponía el lavabo, el boiler, la lavadora, etc., es decir, cualquier aparato del hogar, ella tenía  su caja de herramientas y ella misma lo arreglaba.

Comentaba que cuando un aparato fallaba, le decía a su esposo: “a ver si me arreglas el sanitario, que está tirando agua” y el médico le contestaba, “pues háblale a un plomero, yo no sé de esas cosas”. ¡Lo que pasa es que no eres hombre! Le gritaba ella muy molesta –verás como yo si lo puedo arreglar- y ponía manos a la obra, se ponía su overol, sacaba sus herramientas y pronto componía aquel desperfecto.

Cuando ella pudo ver y comprender cuál era la “programación” que la había manejado toda su vida, no tan solo pudo apreciar a su esposo, sino que hasta tuvieron familia.

Estas mujeres, que no se sienten mujeres al fin y al cabo “Sí” son mujeres, y un día se van a enamorar, porque son mujeres, se van a casar, pero en poco tiempo van a tener un conflicto sexual muy grande, inclusive caerán en el caso de convertirse en mujeres frígidas, pues en su mente, son hombres y se están acostando con otro hombre, y su subconsciente, para protegerlas de esta situación creará una serie de trampas u obstáculos para que ella pueda justificar el no tener relacione sexuales con su esposo, tendrá sangrados vaginales, largos periodos de menstruación, quistes, matriz desviada, cáncer en la matriz, etc., etc., todo para tener un buen pretexto para no realizar el acto sexual.

Constantemente veo casos de mujeres con muchos conflictos en su matrimonio, mujeres con la idea de la separación o el divorcio como único remedio a su situación, que ya no “aguantan” a su marido y en casi todos los casos, la razón es la forma como fueron programadas.

Desde luego que reconocer esta situación no es nada fácil. –“No sé qué me pasa Ing. De la Cruz”- me decía una estudiante en uno de los cursos. Salgo con un muchacho, muy bien mientras no se formalizan las relaciones, pero ya nada más empieza a hablar de matrimonio y “algo” pasa que pronto nos estamos peleando, discutimos por causas sin importancia hasta que rompemos nuestra relación.

Y así le había sucedido con uno y con otro, de tal manera que el tiempo se le había ido pasando. Pero la realidad es que su programación de “hombre” hace que surjan esos problemas para no tener que llegar al matrimonio y por consecuencia a tener relaciones sexuales en el que ella tendrá que actuar como mujer, sentir como mujer y tal vez lo más problemático aceptar la autoridad del “esposo” y ella pasar a ser la que obedezca, la que conceda, la que complazca y eso, su ego no lo va a permitir.

Por otro lado esa mujer es una gran ejecutiva con mucho éxito en lo económico, en lo social, pero no ha podido equilibrar todos sus sentimientos por no haber aceptado su realidad.

“Deberá ser Mujer”. Vamos a suponer que ya nació el primer hijo y fue “hombre”, ahora ¿Qué deberá ser?... ¡Mujer!... ¿para qué?...  para tener la pareja. Y todo lo que aquel pequeño ser en formación siente, es que “debe ser mujer”, que ya nada más que nazca la niña… etc., etc. Algunos padres tienen tanto deseo de que sea niña, están tan seguros que va a ser niña, que le compran gran cantidad de ropita de niña, le buscan un nombre de niña, le tienen juguetes de niña, pero sucede que al momento de nacer es un hombrecito.

Como tienen solo ropita de niña, así lo visten y aun cuando le ponen nombre masculino, lo llaman por el nombre femenino que le habían escogido, lo llevan a la iglesia a ofrecer flores vestido de mujercita (casos que hemos visto).

Me comentaba una joven madre muy atractiva por cierto, que un día se estaba vistiendo frente a su pequeño hijo, de un año y medio, cuando se ponía las medias, el niño le hizo una pregunta que la dejo sin habla: -cuando creceré mamá, ¿para ponerme esa ropa que tú te pones?, ¿para pintarme como tú?- la señora sorprendida le contesto. Pero hijito, tú no puedes ponerte esta ropa, ni pintarte como yo, porque tú no eres una niña, eres un niño. No mami, yo no soy niño, soy una niña, - le aseguro aquel pequeño ser-.

En una plática profunda la señora confesaba que durante todo su embarazo, su deseo era que “fuera niña, para tener una compañera con quien platicar” y ahora, esa idea era la que estaba predominando en la mente del niño.

Otro caso que me tocó ver, fue el de un señor ya mayor, que en ese tiempo estaba casi en su tercer divorcio. Me comentaba que cuando él nació, su madre tenía tantos deseos de que fuera mujercita, que sus dos hermanos mayores habían sido hombres, que cuando él nació, por siete años lo trajeron vestido de mujer. Lo llevaron a ofrecer flores a la iglesia, en el mes de mayo, vestido de mujer, le dejaron crecer el pelo, le hacían trenzas o lo peinaban como mujercita.

Después de los siete años, ya lo vistieron con pantalones, y él empezó a actuar como hombre. Cuando tenía  quince años, fue con sus hermanos mayores a comprar zapatos, y él compro zapatos de mujer!!! Al momento de probárselos, se dio cuenta que eran zapatos de tacón alto, y extrañado le dice a sus hermanos: -¿Y esos zapatos de quién son?- pregunto molesto. Pues son tuyos – le contesto uno de sus hermanos- ¿ya no te acuerdas que tú mismo los compraste?

Es decir, en el momento de adquirir sus zapatos todo lo que estaba actuando era el subconsciente donde estaba grabada la programación de “mujer”. La razón de sus divorcios era precisamente esa, que él era “mujer” y se había casado con otra mujer, lo que hacía que de alguna manera surgieran los pleitos y los problemas para motivar la separación.

Con esta programación de “deberá ser mujer” posiblemente estamos hablando de homosexualismo. De esos seres que por fuera son hombres, con sus formas físicas de hombre, sus órganos físicos de hombre, necesidades de hombre, pero mentalidad de “mujer”.

Pero tal vez suceda todo lo contrario, hombres que no se sienten hombres y tienen que estar demostrando constantemente que son “muy hombres”. ¿Cómo lo demuestran? Siendo muy agresivos, muy mujeriegos, muy responsables, muy estrictos, muy perfeccionistas, golpeadores de mujeres, teniendo hijos por todos lados y que además todo el mundo sepa que los tienen, pues ellos quieren estar oyendo constantemente a las personas que están a su lado: “como es hombre fulano” porque luego no se sienten hombres y quieren que se los estén repitiendo y repitiendo.

También en esta programación puede, en un momento dado, encontrarse un problema de origen sexual, pues cuando ese “hombre” se casa y tiene que intimar con su mujer, en su subconsciente está cometiendo un acto de lesbianismo, pues en su mente él es “mujer” y la manera de evitar esa situación, es convirtiéndose en un “impotente” sexual.

Es muy común oír los comentarios de las señoras casadas, quejándose de la poca atención que en este aspecto les brindan sus esposos y que en muchos de los casos son la consecuencia de los adulterios y hasta divorcios entre esos matrimonios. 

La mujer “necesita” cariño, ternura, pasión, así como también amor físico, pero al no obtenerlo de su esposo, se empiezan a crear las condiciones para que “otro” tenga la oportunidad de complacer a esa dama necesitada. Ésta al sentir la diferencia del trato entre su nuevo amor y el esposo, en muchos de los casos, se inclina por el cambio.

Lo que esta señora no comprende es que posiblemente este nuevo hombre, también este manejado por la misma programación y pronto vuelve a sufrir la misma decepción y a buscar otro… y otro… y otro. 

Con la experiencia que he tenido al platicar con infinidad de parejas, he encontrado que en muchos de los casos, la mujer nació programada para “hombre” y el esposo programado para “mujer” y los egos de esos cónyuges,  en su afán de complementarse, se atraen entre sí para formar la pareja.

Los “hombres” programados para “mujer” buscan inconscientemente a “mujeres” programadas para “hombre” y se forma la pareja. Ahora vemos esos matrimonios, donde la que toma las decisiones, la responsable de las cosas del hogar, la que sale al frente en situaciones difíciles, etc., es ella.

En cambio el hombre es el que se encarga de regar las plantas, de lavar la loza, de hacer las tortilla de harina, de cuidar los detalles del hogar, incluso, es el encargado de comprar las provisiones de la semana, etc., etc., y de esa manera se equilibra al equipo en el hogar.

La realidad es que el “hombre” es él, y en un momento dado empiezan a surgir las diferencias, las reacciones del ego, pues en muchos de los casos la señora hace sentir inferior a su marido, no le da su lugar ante los extraños, se queja del poco carácter que tiene, y lo más dramático y traumante es que frente a sus propios hijos, lo denigra, diciéndole: “el bueno para nada de tu padre”, “ese hombre que no se sabe fajar los pantalones”, “lastima, ¡tan hombre que parece!” y tantas y tantas expresiones que oímos en las conversaciones de grupos.

Así que ante esta situación, pronto surgen las discusiones, los insultos, los desprecios, que hacen que ese matrimonio se convierta en un verdadero infierno y el único camino viable será el de la separación o el divorcio. 

Ahora, por medio de las noticias, nos damos cuenta de que cada vez es más común la operación para cambiar de sexo a las personas, pues en un momento dado, hasta esos extremos nos puede llevar la programación. Hay una película llamada “El transexual’, en la que se muestra un caso en donde van explicando paso a paso, desde el momento en que el individuo toma la decisión de transformarse de hombre a mujer y el médico y el psicólogo encargados del caso, hacen comprender al espectador todo lo que va sucediendo en la persona, tanto en su físico como en su mente.

Cuando ya se ha llegado a un punto, en lo que todo lo que falta es practicar la vaginoplastia, es decir, cambiar el órgano sexual masculino por el órgano sexual femenino, llega el padre a platicar con el hijo, que ya a esas alturas, tiene toda la forma de mujer, y le hace la pregunta a su padre: ¿Y mi madre que dice, papá? ¿Por qué no vino? Y el padre le contesta, -está muy molesta por tu decisión, por eso no vino- contesta amoroso el padre. ¿Y tú qué piensas papá?

La realidad, hijo –le asegura el padre- es que yo siempre quise una hija. Posiblemente ahí estaba la respuesta a ese joven, que sin saber por qué, él deseó tanto ser mujer, hasta que la ciencia médica se lo concedió.

Cuando las personas en los cursos me preguntan que si pueden tener una plática privada conmigo, les digo que solo hay que sacar una cita a través de la dirección electrónica aquí publicada al pie de la página, pues por los múltiples compromisos viajo constantemente y a veces no estoy en la ciudad. 

Hemos comentado brevemente las dos programaciones (por llamarles de algún modo) básicas, pero también existen varias más, que trataré que de alguna manera le dejen algún mensaje, para que su vida tenga un nuevo sentido… Dios te bendice y te acoge!!!

Despertar…es

“La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor. Y lo bueno nunca muere. Estaré deseando que estas palabras te encuentren, y te encuentren bien”. A la luz de nuestras familias, decía Jesús, “No me digas que me amas, dime como vives”. “La familia que ora unida, permanece unida”. INICIATIVA LAGUNA un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el MUNDO!!! Estoy a sus órdenes en la dirección electrónica: [email protected]. A través de Twitter: @Germandelacruzc Lo invito a visitar mi blog con más de 740 artículos de su interés: https://www.elsiglodetorreon.com.mx/blogs/familia

 

“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”
Germán de la Cruz Carrizales
                                                                          TORREON, COAH. MÉXICO

                                                                                         MMXXIII

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