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Las horas contigo

German de la Cruz Carrizales
German de la Cruz Carrizales

Recuerda…

LAS HORAS CONTIGO

No soy muy aficionado a ver películas o series en la televisión, pero desde la partida de mi mamá a casa del padre, empecé a verlas.

Después de ver la última serie ¨Mi otra yo¨, que me hizo reflexionar sobre las relaciones humanas y vivir la vida en plenitud, puse nuevamente en mi Facebook me recomendaran una serie que les haya gustado para verla.

No sé si fue coincidencia, aunque estoy cierto que no las hay, mi amiga Anita me recomendó la película ¨Las horas contigo¨, y en verdad la disfrute mucho. Y es precisamente de las últimas horas de una madre ya de edad avanzada, de una abuelita, de una ¨Abu¨.

Me vivieron a la mente tantos recuerdos de mi mamá, de aquel 16 de septiembre de 2021, en que tuvo un colapso cardiaco. Y que la llevé de emergencia al hospital en donde la atendieron inmediatamente.

Me vinieron a la mente algunas escenas en que en la sala de urgencias, le preguntaba que como se sentía y me decía ¨mal, muy mal¨. Le quitaba sus pertenencias personales, su reloj, su cadena, etc.

Me decía el cardiólogo que tenía un ¨colapso cardiaco¨, que tenían que ponerle un marcapasos, y  que yo le preguntaba: ¿cuándo lo harán? –En este momento, ya está en el quirófano, necesito que me firme la autorización-.

Esa mujer fuerte que a sus 89 años había sido mi pilar, mi compañera de vida,  mi amiga, mi madre…

Y se hace eterno el tiempo de espera, para saber cómo se encontraba. Finalmente sale el doctor y me da la noticia que está muy bien, que todo salió a la perfección, que si nos hubiéramos tardado un poco más, no la estaríamos contando.

Yo sabía que era muy importante para ella verme, saber que yo estaba ahí, a su lado. Pero estaba en la sala de terapia intermedia, que por obvias razones no podía yo entrar. Hablé con el subdirector del hospital, y él personalmente me acompañó para verla, solo un instante, que fue suficiente para que ella me viera.

Estaba como si no hubiera pasado nada, con la actitud tan positiva que le caracterizaba, tratando amablemente a los médicos y enfermeras, que por supuesto se había ganado ya su cariño, como siempre lo hacía con las personas que se atravesaban por su camino.

Estuvo algunos días en el hospital en plena pandemia, y no se permitía la entrada a familiares para evitar contagios. Sin embargo tuve la oportunidad de estar con ella todos los días, claro, previa prueba de COVID 19.

A la hora de la comida, le ayudaba acercando las viandas, y como no podía mover un abrazo por el marcapasos, yo le ayudaba a comer. Me decía: -hijo, jamás me imaginé que me dieras tú de comer algún día-, a lo que le respondía yo: -mamá, tú lo hiciste tanto tiempo, me diste la vida, me diste de comer, me bañabas, de fortaleciste física y espiritualmente, tengo tanto que agradecerte-. Y en verdad la última década, tuve la oportunidad de convivir  muy estrechamente con ella.

La dieron de alta, y claro, la debilitó la cama en el hospital, por lo que tuvo que usar andador por un par de días, pero siempre ella lo hacía sola, autónoma. Después dijo: ya estoy mejor, ya no es necesario el andador.

En la película, en ¨Las Horas Contigo¨, se reúne la familia en pleno para estar con su mamá, con su ¨Abu¨.

Y eso pasó precisamente con tantas, y tantas personas que le hablaban para saludarla, su familia, sus hermanos, sus amigas del kínder, el grupo de amigos de ¨Saulo¨, y todas aquellas personas que la conocieron, que en verdad la apreciaban mucho.

En ese tiempo tuvo la oportunidad de recibir la unción de enfermos por parte del padre Juan Manuel Estrada Calderón, del padre Pepe Chuy, en la que se confesó y oró con ellos, además de recibir la comunión.

Ahora, a un año de su partida, creo que Dios nos dio la oportunidad de despedirse de todos aquellos que la querían.

Siempre platicamos del momento de su partida, y ella me dijo: qué, cómo, cuándo, dónde y con quien quería que fuera su despedida.

El día que emprendió su último vuelo a casa del Padre, como ella lo deseó, fue el padre Jorge Silva López quien celebró su misa de cenizas y fueron todas aquellas personas que mi mamá sembró una semilla de cariño en sus corazones.

Hoy día no puedo negar que la extraño, pero que doy gracias a Dios por toda la vida que me dio, que me inyectó y que aun ahora me sigue dando.

Gracias Anita, por recomendarme esta película que me hizo revivir ¨Las Ultimas Horas¨ con mi mamita… Dios te bendice y te acoge!!!

Despertar…es

 

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