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Demanda por contenidos

Jorge Martínez Mauricio
Jorge Martínez Mauricio

El martes pasado el gobierno de Francia a través de la Autoridad para la Competencia, emitió una demanda contra Google por 500 millones de euros por no negociar de buena fe una compensación con los medios generadores de noticias de aquel país, quienes son dueños de los derechos de autor de los contenidos.

"La sanción de 500 millones de euros tiene en cuenta la excepcional gravedad de los incumplimientos constatados y que el comportamiento de Google ha supuesto retrasar la buena aplicación de la ley sobre los derechos afines", señaló la presidenta de la Autoridad de la Competencia, Isabelle de Silva, en el comunicado que anunció la sanción. 

Google deberá pagar la multa por prácticas abusivas y posición dominante en el mercado, esto mientras negociaba con los medios de comunicación por la remuneración por publicar sus noticias, pero además, debe negociar con los editores y agencias que ya habían denunciado el año pasado, de no cumplir se expone a multas de hasta 900 mil euros diarios, pasados dos meses a partir del comunicado.

Al final, Google ha dicho que se ha negociado con diversos medios y remarcan que ha sido de buena fe, sin embargo, la posición en el pasado ha sido simple: los medios son quienes envían el contenido al buscador. La posición oficial del gobierno francés también ha sido contundente: “ninguna empresa, por muy innovadora que sea, está por encima de las Leyes”.

¿El despertar de un gigante adormecido?

Se publicó el informe de medios mexicanos, un estudio realizado por la WAN-IFRA, el Tecnológico de Monterrey y Facebook Journalist Project, sobre los cambios que se avecinan en el ecosistema de medios locales y regionales de México. Dividido en tres capítulos: 1. cambio en el modelo de negocios, 2. redacciones jóvenes y paridad de género y 3: recursos humanos, talento y capacitación. El estudio muestra el resultado de una investigación para identificar los retos que enfrentan los medios regionales y locales de nuestro país para adaptar el modelo de negocio, la producción informativa y la transformación a la era digital.

Salvo casos de éxito internacionales como New York Times con 7.5 millones de suscriptores pagados, The Washington Post con 3 millones, The Wall Street Journal con 2.4 millones, Financial Times con 1.1 millones y The Athletic con 1 millón, pocos medios pueden presumir de esas cifras, ni siquiera se acercan. En México el periódico que desde 2004 se estableció con un modelo de pago por noticias, Reforma, no tiene información pública acerca de la cantidad de suscriptores. En diciembre de 2020 el gigante mexicano El Universal lanzó su muro de pago, pero tampoco se conocen estadísticas. Hay otros medios regionales que están iniciando un modelo similar, de forma generalizada, pero desgraciadamente en nuestro país la mayoría de personas pensamos que si está en internet, es gratis.

Los ingresos  mayormente vienen por publicidad (hasta un 70% para medios tradicionales según el estudio), pero si a eso añadimos que gigantes digitales “se apropian” del contenido con sus reglas como es el caso de FIA con Facebook y AMP con Google, con la consigna y pretexto de ofrecer una mejor experiencia de usuario, poco margen deja a medios tradicionales, sobre todo si son pequeños y medianos, donde no tienen un lugar en mesa de negociación. Y es que es complejo decidir no enviar contenido a las redes sociales, se pierde visibilidad.

No es un secreto para nadie que los medios tradicionales de papel han ido a la baja, es un fenómeno mundial y hasta ahora no hay una fórmula que detenga esa caída. La pandemia del COVID19 no ha hecho sino adelantar lo que se veía venir en años, en tan solo pocos meses. Desde la practicidad de leer en medios digitales, la oportunidad e inmediatez y otros factores menos visibles, son lo que han acelerado la transición a lo digital,  pero no son sino los mismos medios quienes siguen generando la mayor parte del contenido noticioso que consumimos. Son empresas que tienen personal en la calle consiguiendo la información diaria, reporteros, fotógrafos y personal en oficina como diseñadores gráficos, editores y un ejército de personas que “curan” la información para dar voz a los actores de la sociedad. Justo ahí es donde se centra el debate de si Google, Facebook o cualquier otro gigante digital debería pagar por esos esfuerzos y compartir los ingresos.

Jorge Martínez Mauricio, twitter @toro

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