@@CLIMA@@

El llamado

César Garza
César Garza

“Cuando se sabe de manera absoluta que todo es irreal, no tiene ningún sentido fatigarse para demostrarlo.”

Emille Ciorán

I

   El ambiente está cargado de humedad, tengo hambre, he comido poco en los últimos días, un ambiente sombrío me rodea casi siempre, hay una pequeña entrada de luz en un extremo del camino pero está cerrada, permite la entrada de aire pero no puedo salir, en ocasiones me acerco a ella para respirar un poco, sentir el aire fresco del otro lado pero hay seres que vigilan, enseñan sus colmillos amenazadores, el miedo se hace presente, mala combinación, hambre y miedo, necesito salir de aquí pero no sé cómo hacerlo.

II

   Duermes plácidamente, nunca has tenido problemas para hacerlo, por azares del destino desarrollaste la capacidad de despertar brincándote ese estado conocido en México como de modorra, normalmente, cuando te despiertas, brincas casi de inmediato a un estado de plena consciencia, sabes dónde estás, quien eres, con quien estás y que es lo que harás en ese futuro inmediato que preocupa a los hombres simples.

III

   Casi nunca puedes recordar tus sueños, pero esta mañana en particular recuerdas uno, se lo cuentas a tu mujer, le dices que mientras dormías, soñabas que dormías y en esa profundidad de un sueño dentro de otro, escuchabas un ruido que provenía de abajo de la cama, era el que hace un animal al moverse rápidamente cuando se asusta, un ruido que conoces porque lo has escuchado muchas veces, si, es aquel que hacen las iguanas cuando se mueven con rapidez ante la presencia de un intruso. El ruido estaba identificado, ¿cómo podía ser?, ¿una iguana en tu habitación?, debajo de tu cama, en ese estado de alerta y de plena consciencia que eres capaz de practicar también en un sueño de segundo nivel, diriges tu mirada al borde de la cama, en la penumbra de la noche, del sueño, te asomas, si, una enorme cola sobresale por debajo, lo sabías, el animal es grande.

IV

   Te llama la atención el comportamiento del perro, no se separa de esa coladera, mantiene su atención en esa rejilla, vigilante como uno de esos guardianes cuya única tarea es evitar que el preso escape, sin importarle las razones que tenga para ello, él está solo para evitar la fuga, y está dispuesto a todo, incluso a matar.

   Te acercas a la coladera, lo haces con cuidado, te asomas, en el fondo, entre las sombras alcanzas a ver lo que tiene a tu perro en alerta, la cabeza de un animal está ahí, ¿cómo puede ser?, ¿qué hace ahí?, ¿cómo se metió?, no importa, sientes la necesidad apremiante de liberarlo, suponiendo que quiera ser liberado, vas a tu caja de herramientas, escoges un desarmador y retiras los tornillos que sujetan la tapa, con cuidado la retiras, si, la iguana permanece ahí, seguramente tiene miedo de estar interactuando con otros dos tan cercanamente, te retiras llevándote al perro, dejas la tapa a un lado.

V

   Tienes una taza de café entre tus manos, das un sorbo, reflexionas sobre lo que pasó, hay quien asegura que las casualidades no existen, te gusta pensar que sentiste un llamado, te sientes bien, el café es bueno.

Fotos más vistas en 15 días