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Renovaciones

Armando Castil Rosell
Armando Castil Rosell

PARA EMPEZAR


RENOVACIONES


Renovar a Darwin Quintero y venderlo meses después, marcó a la dirigencia santista y dejó asustada al parecer para siempre a su afición. Yo aquella vez caí, hasta una columna llamada "Más Darwin, Más Santos" publiqué. Parte del aprendizaje, así quiero verlo, lo que sí es que cada vez que anuncio una renovación en el Santos mi Twitter enloquece. Hay de todo, desde los que aplauden la decisión hasta los que aseguran que en próximos días se venderá al jugador renovado y que todo es atole con el dedo. Todas las teorías son válidas ya que así como puede pasar una cosa puede pasar la otra.

Renovar a un jugador es principalmente para estar contentos y tranquilos todas las partes, el jugador y su gente están tranquilos teniendo un buen contrato que se tiene que cumplir y garantiza su presente y futuro inmediato, por su lado el club se queda conforme porque uno de sus activos se ha valorado y en caso de que vengan por él tienen condiciones más favorables en caso de una posible venta ya que quien quiera a su jugador tendrá que hacer una oferta al club y no podrá llevárselo a menos de pagar el valor que se estipula en la renovación.

No hace falta ser un genio para saber que los clubes renuevan a los jugadores que les interesa tener a gusto y que saben que en cualquier momento podría llegar una oferta por ellos, a los no muy destacados los mantienen extendiendo vínculos anuales y a veces por solo seis meses más, son jugadores que ya sin el pacto de caballeros pueden estar negociando con quien quieran una posible salida.

Renovar a un jugador es pues una transacción comercial que no asegura que la estrella se quedará forzosamente a cumplir su contrato hasta el final, rara vez sucede y no sólo en Santos sino en todo México y el mundo. Renovar a un jugador es proteger el patrimonio del club y si la oferta irrechazable llega dos días después de una renovación pues... Ni modo.


TWITTER @manyecastil

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