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“mecanismo de la mente” (18ª parte)

German de la Cruz Carrizales
German de la Cruz Carrizales

Continuación…

“Fuentes del mecanismo”. Ahora analizaremos las fuentes que han aprovisionado nuestro mecanismo, veremos de donde han provenido esas “ordenes” inconscientes que hacen que actuemos de cierta manera o de ciertos modos, que luego no nos explicamos el “por qué” de nuestros comportamientos.

 Estas fuentes requieren una mayor cantidad de autodisciplina, luego debemos estar más conscientes, abrir un poco más nuestra mente para poder llegar al verdadero origen de todos nuestros problemas o la razón de todas nuestras reacciones psicológicas, físicas o emocionales.

¿Cuántas personas no conoce usted, que les molesta o les deprime un día nublado? ¿Cuántas gentes no pueden estar en una reunión familiar, si ésta se lleva a cabo en el jardín de la casa, porque inmediatamente la nariz se les constipa? En fin, tantas y tantas reacciones que sería casi interminable citar cada una de ellas, porque además, casi todas tienen el mismo origen: una orden inconsciente a través de las fuentes que alimentan el mecanismo mental.

Desgraciadamente casi no le prestamos atención a pequeñas frases, ciertos detalles que nos han pasado, hasta que nuestra vida empieza a rodar por la pendiente, cuando estamos en verdaderos problemas de cualquier tipo: económicos, de salud, de desequilibrio emocional, etc., etc., y cuando buscamos la ayuda queremos que como por arte de magia, como si se tratara de una varita encantada, las cosas cambiaran radicalmente.

Lo que tenemos que comprender (para que nuestra actitud no se vuelva negativa) es que para llegar al problema como lo tenemos ahora, fuimos cayendo poco a poco, por lo tanto, la solución tiene que ir en ese sentido. Es decir, ir encontrando pequeñas soluciones laterales, sin dejar de observar el problema principal.

Podemos mencionar aquella anécdota de Norman Vincent Peale, que se refiere a un enorme árbol que existía frente a su casa; éste enfermó y pensó en derribarlo, pero siendo que cubría casi toda la casa, pensó que sería muy peligroso cortarlo y correr el riesgo de que cayera sobre el tejado y derrumbara la casa.

No queriendo comprometerse, contrato a una compañía experta en ese tipo de  problemas, enviaron un técnico, quien echó una mirada de conocedor y puso manos a la obra. Norman se quedó plasmado con la facilidad que se resolvió el problema. Aquel experto, todo lo que hizo fue ir cortando poco a poco, primero las ramas más pequeñas, que eran las que daban la apariencia de frondoso, de imponente, luego las ramas medianas, que eran las que sostenían a las más pequeñas, pero que al estar desnudas del follaje ya eran mucho más manejables, y luego siguió el gran tronco, el cual también fue cortando pedazo a pedazo, principiando por la cúpula, donde era más delgado, hasta llegar al ras del suelo, donde aquel gran árbol perdió toda su majestuosidad.

Y así, son nuestros “grandes problemas”, si los queremos atacar de raíz, tal vez se nos vengan encima y nos apabullen, pero si empezamos por ir resolviendo pequeños desajustes, cuando lleguemos a la base, aquel problema que parecía indisoluble, nos va a causar risa el habernos inquietado tanto.

Leí acerca de una persona que cuando alguien la observaba escribir, sus dedos se negaban a deslizarse sobre el papel, a tal grado era la resistencia, que la letra que dibujaba era prácticamente ilegible, por lo que cuando se tenía  que registrar en algún hotel y había varios huéspedes esperando hacer lo mismo, él se iba a la fila para ser el último y que nadie viera lo mal que escribía.

Cuando comentó su “problema” la recomendación fue que la próxima vez que se viera en una situación similar, se pusiera al frente de todas las personas y les dijera: -Acérquense señores y observen la escritura más fea del universo- Tal vez eso relaje la tensión nerviosa, pero lo que este hombre debe hacer, es sacar de su mecanismo, la verdadera razón de que sus dedos se nieguen a escribir.

A este hombre, lo que le pasó es que cuando era todavía  pequeñito, su padre sufrió un accidente que le dejó semiparalizada la mano derecha y por lo que sus dedos jamás volvieron a tener más movimiento. El niño oyó tantas veces aquella historia del accidente, que poco a poco la obsesión fue penetrando en su subconsciente y el niño amaba tanto a su padre, que sin sentirlo empezó a sufrir exactamente los mismos síntomas de la parálisis de los dedos, hasta que realmente empezaron a influir físicamente en él.

Esta es una prueba fehaciente de cómo nuestras ideas, nuestros pensamientos pueden influir en nuestro físico. Tal vez por esto es tan importante que comprendamos cómo funciona el mecanismo de la mente, para que seamos conscientes del poder tan grande que tiene cualquier frase, evento o reacción dentro de nuestra vida. Continuará…

Dios te bendice y te acoge!!!

Despertar…es.

“La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor. Y lo bueno nunca muere. Estaré deseando que estas palabras te encuentren, y te encuentren bien”.  A la luz de nuestras familias, decía Jesús, “No me digas que me amas, dime como vives”. “La familia que ora unida, permanece unida”. INICIATIVA LAGUNA un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el MUNDO!!! Estoy a sus órdenes en la dirección electrónica: www.facebook.com/iniciativalaguna.comarcalagunera/ A través de Twitter: @Germandelacruzc Lo invito a visitar mi blog con más de 460 artículos de su interés: www.familia.blogsiglo.com 

 
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”
Germán de la Cruz Carrizales
                                                                          TORREON, COAH. MÉXICO

                                                                                         MMXVIII

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