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EL ODIO

Armando Castil Rosell

 

Las redes sociales son lo mejor que nos pudo pasar a los que estábamos buscando una oportunidad  en medios masivos de comunicación a mediados y finales de la década pasada, fueron una excelente manera de mostrar tu trabajo y solicitar un lugar en algún espacio. En 2006 mandé mis primeras columnas a un sitio llamado Nido Azulcrema, en 2008 vía Twitter mandé guiones para Récord FM y gané la oportunidad de ir al DF a mostrárselos y se quedaron con varios, en 2011 empecé a colaborar con tirandoweb.com página dónde estaban Jesús Gómez, Harry Ruíz, Cesar Orona y el Batman, solicité entrar vía el Facebook del buen Chuy Gómez y ahí las puertas se abrieron, radio, TV y el resto es historia. A lo que voy es que sin las redes difícilmente hubiera recibido mis primeras oportunidades.

Hoy las redes sociales lamentablemente se han vuelto una plataforma también para mostrar odio y frustraciones. Generalmente con perfiles anónimos distintas personas entran en ellas con el único objetivo de insultar y amedrentar, basta un renglón que no les parezca para hacerte merecedor de toda clase de insultos, algunos hasta creativos, otros totalmente corrientes y mal escritos, en fin, se lee de todo. A mi lo que me inquieta es saber la razón de tal odio, no compro eso de minimizarlas porque no son en persona las agresiones, también me preocupa que según lo que escribes se te encasilla de inmediato, por fuerza tienes que estar en un bando o en otro, pongo un ejemplo. Ahora con la ratificación de Caixinha como DT de Santos, los que con sus razones respetables fundamentan que debe salir son reventadores y los que con las nuestras pensamos que debe terminar el torneo somos empleados del club Santos, los que pensamos que el equipo puede dar más somos unos ciegos y si le damos esperanzas de liguilla pues peor, aparte de vendidos terminamos siendo ignorantes, todos estos términos acompañados por una serie de insultos.

Lo que vimos recientemente con el asunto del helicóptero de Conagua retrata muy bien de lo que les hablo, mal el funcionario, mal la periodista que se subió al tema para pegarle al presidente, sin embargo, lo único aceptable en redes fue señalar lo primero, pobre del que se atrevió a comentar lo de la periodista porque le recordaron todo su árbol genealógico. Odio, mucho odio. Se huele hasta en el aire. Algo está pasando.

 

 

TWITTER @manyecastil

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