A vestirlas. En la pequeña fábrica de doña Martha laboran familiares y amigos cercanos, a fin de lograr la producción diaria de hasta 20 piñatas en temporada normal.
En la empresa de doña Martha Cano, todos los días del año hay trabajo. Su labor es peculiar, así como su materia prima. Metros y metros de alambre, kilos de papel periódico, harina y agua, bastan para dinosaurios, princesas, canastas, estrellas, muñecas y más.
Se trata de su fábrica de piñatas con más de cuatro décadas de tradición. Se ubica en el corazón de una de las colonias con mayor tradición en Ciudad Lerdo: San Isidro, ahí justo en la calle Nicandro Valenzuela en el 17 sur, desde donde parten decenas y decenas de piñatas con destino a la central de Abastos de Gómez Palacio y Torreón, así como a las dulcerías de mayor renombre, pero también se pueden obtener de manera directa.
Aunque son dos las temporadas más fuertes para la fábrica llamada “Juan Antonio”, diciembre y abril, en las que se llegan a fabricar hasta 50 piñatas a diario, normalmente se fabrican hasta 20 por día.
Se trata de un negocio familiar en donde trabajan desde hermanos hasta cuñadas e incluso comadres, tradición que fue heredada por doña Concepción Cardiel, su madre.
Para este trabajo es necesario tener mucha imaginación para atender las necesidades y “ocurrencias” de sus clientes.