Agradecida. Celia asegura que siempre entendió el trabajo de sus padres y nunca se quejó.
El 10 de Mayo es para Chela y Alex Lora una fecha triste porque sus madres ya no están con vida, pero podrán celebrar con su hija Celia, quien es todo para ellos.
Ser madre no ha sido la cosa más sencilla para Chela, quien, asegura, tuvo que partir su corazón para repartirlo entre su esposo, que necesitaba de su apoyo en las giras, y su hija, a quien se aseguró de dejar bajo el mejor cuidado.
"Gracias a Dios mi mamá cuidaba a Celia, si no, no la hubiera dejado en manos de nadie más", dijo la rockera, quien siempre trató de organizarse de manera que pudieran pasar la mayor parte del tiempo con su hija.
Celia asegura que siempre entendió el trabajo de sus padres y nunca se quejó, pero no fue sencillo ser hija única.
"Yo soy la combinación de ambas (mamá y abuelita), eran muy sobreprotectoras las dos; todo mundo se va por la imagen de que viva el rock and roll y ¡mentira!, no me dejaban ir ni a la tienda sola, nunca podía ir a las pijamadas de mis amigas, hasta que dije: '¿saben qué?, bye' porque si no, nunca iba a pasar", contó.
Celia asegura que no tiene nada qué reclamar a sus padres, quienes al no darle todo a manos llenas le enseñaron a valorar lo que tiene.
"Había niños que en la primaria tenían tarjeta de crédito y cosas que yo no, pero entendí que era para que aprendiera a trabajar y a ganarme las cosas, y yo creo que estuvo bien porque a la fecha tengo muchos amigos que van a seguir de juniors y no se dedican a nada y ya están hasta casados y.... Mentira, sí, ¡quiero mis domingos!", dijo haciendo estallar en risa a su mamá, quien de cariño la llama Rui.
Celia no tiene prisa por la maternidad ni Chela de convertirse en abuela, quien aún recuerda el momento en que se despertó en ella el instinto maternal.
"Fue cuando, desgraciadamente, falleció un sobrinito mío; vi lo que era el amor de madre al ver sufrir a mi hermana -dice con la voz entre cortada-, él creció con nosotros y murió a los cinco años, fue horrible; de ahí me entró el amor maternal y fue cuando Celia vino al mundo, pero ese es un amor que solamente las que somos madres sabemos.
"También cuando pierdes a tu madre son amores -se vuelve a quebrar su voz-, yo le llegué a decir a Alejandro: 'tú eres lo que más quiero en mi vida', pero eso no quiere decir que lo quiera más que a Celia, porque ella es lo que más quiero en la vida; yo le decía esto a mi mamá y a mi papá, son diferentes amores, diferentes cariños y los quieres más que a nadie, pero es un amor muy diferente", explica.
