Son muchos los actores que han tenido la oportunidad de personificar al Nazareno.
SUN-AEE
MÉXICO, DF.- ¿Hasta qué grado un personaje puede afectar a un actor? Lo que es un hecho, es que algunos roles pueden marcar su vida y hacerlos ver el mundo de una manera distinta.
Pero de entre los millones de papeles que un actor puede encarnar, existe uno muy complejo: Jesús de Nazareth.
El tema bíblico en las películas ha sido revivido por Mel Gibson y su polémico filme La Pasión de Cristo, aunque no estaría mal recordar algunas películas mexicanas que exploran el mismo tema.
Un caso memorable es el de Claudio Brook en Jesús, Nuestro Señor de Miguel Zacarías, en la que comparte la pantalla con Carlos East, Rita Macedo y Elsa Cárdenas.
La cinta se rodó en 1969 y está basada en los cuatro evangelios santos; desde que Jesús encuentra a Juan el bautista y hasta el día de la resurrección, pasando por la tentación.
Jesús, Nuestro Señor no puede considerarse menos que una superproducción para los estándares fílmicos mexicanos.
Otro Jesucristo latinoamericano es el que interpretó el argentino José Cibrián en Jesús de Nazareth de José Díaz Morales.
Fue la primer incursión de Cibrián en el cine y está es considerada la primer película acerca de Jesucristo filmada en México, aunque su trama no es tan apegada a los Evangelios y se concentra en el punto de vista del realizador, que también debutó con esta cinta.
El rodaje de Jesús de Nazareth inició el 27 de marzo de 1942, en medio de una iniciativa del entonces Presidente Manuel Ávila Camacho, para alentar a los directores mexicanos a que filmaran cine con temática religiosa.
En 1945, Miguel Contreras inició su propia exploración del tema con María Magdalena, estelarizada por Medea de Novara y el español Luis Alcoriza. En ese mismo año Contreras Torres realizó Reina de Reinas, en la que nuevamente Luis Alcoriza encarnó a Jesús, levantando comentarios molestos entre sus detractores.
La siguiente incursión de Jesucristo en el cine mexicano fue hasta 1952 con la película El Mártir del Calvario de Miguel Morayta.
Enrique Rambal consiguió, con ésta cinta, el crédito como el "mejor actor que ha dado vida a Cristo en el cine mexicano". La cinta también sobresale por su impacto dramático, así como por su producción.
El realizador Alejandro Galindo filmó en 1969 Cristo 70, en la que ofrece paráfrasis pop de la pasión de Cristo. El rol de Jesús estuvo en manos de Carlos Piñar, quien realiza una actuación contemporánea en la que es traicionado por varios de sus amigos, destacando Claudia Martell, Gabriel Retes y Enrique Novi. Algunos consideran que esta cinta se adelantó a adaptaciones como Jesucristo Superestrella o Godspell.
En 1965 Julio Bracho filmó El Proceso de Cristo, en la que Enrique Rocha personificó a Jesús. La historia se divide en cuatro episodios y emplea el flashback para conocer más acerca de la vida del hijo de Dios en la Tierra.
Miguel Zacarías retomó el tema bíblico en 1971 y filmó Jesús, el niño Dios: la infancia de Cristo y un año después dirigió Jesús, María y José: Leyendas de la Infancia de Nuestro Señor Jesucristo. En la primera el personaje principal es de Alfredo Melhem, mientras que en la segunda son los niños Jorge España y David Bravo, quienes dan vida a Jesús a los cinco y 12 años respectivamente.
La última película mexicana del género es El Elegido de Servando González, quien utiliza el festejo de Iztapalapa como el telón de fondo pare desarrollar su historia.
Ahí, Katy Jurado realiza el papel de María Magdalena, que en vez de ser prostituta es una madre soltera que da la vida por sus hijos.
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Aprovecha el privilegio
Dos personajes han marcado la trayectoria artística de Enrique Rocha: Hamlet de William Shakespeare, que representó en la obra de teatro del mismo nombre y Jesucristo en la película El Proceso de Cristo de Julio Bracho.
"Creo que son los dos grandes momentos en mi carrera. El personaje de Cristo representa mucho para cualquier ser humano, para mí fue un privilegio dar vida esta entidad maravillosa", recuerda el actor vía telefónica desde su casa en Cuernavaca, Morelos.
El Proceso de Cristo (1965) tuvo la particularidad de que reunió a Rocha y Bracho, quienes se conocían desde la infancia ya que ambos vivían en la misma calle.
"Bracho era un gran amigo desde hace muchos años, porque vivíamos en la calle Río de la Plata. Era un cineasta muy sensible y él me envolvía mucho en su cultura", explicó.
También habló de La Pasión de Cristo de Mel Gibson, de la cual tuvo comentarios elogiosos aunque también aceptó que se "excede en el dolor".
"Está muy bien hecha. Con tanto dinero invertido no puede salir una mala película. Creo que se exagera el dolor, pero su intención es que se tome conciencia de lo que sufrió por la humanidad", enfatizó.
"No me gusta que maneje a la especie de demonio, no me gusta esta entidad porque distorsiona la grandeza y la luminosidad de Jesucristo. Tampoco estoy de acuerdo en que los Romanos sean los únicos villanos y que éstos tengan más odio que los judíos", añadió.
"A Judas también lo veo muy superficial, porque él tiene un testamento más importante que ofrecer y cuando decide matarse, lo hace con un dolor tremendo", concluyó.
Actualmente Rocha se encuentra "disfrutando de la vida", aunque no descartó reaparecer pronto en una telenovela.
