La calidad del agua y tu belleza

El agua es necesaria para vivir y además la disfrutamos; es refrescante, nos ayuda a mantenernos limpios. Sin embargo en ocasiones puede convertirse en un enemigo para la belleza de tu piel y tu cabello. ¿Lo has notado? Y más aún, ¿sabes a qué se debe?

Desde hace tiempo, la mayoría de las personas se preocupan por tener una buena apariencia. Parte de un look ideal incluye cabello y piel saludables, libres de resequedad. Seguramente sabes que conseguirlos va más allá de la higiene: es necesaria la aplicación de aquellos productos que te ayuden a mantenerlos impecables y humectados: champú, acondicionador, cremas e incluso bloqueador solar.

No obstante, existe un factor que puede afectar la imagen y casi nadie está prevenido para hacerle frente: el agua. Y no hablamos de la que consumirás, sino de aquella que sale del grifo y se pone en contacto con todo tu cuerpo.

¿QUÉ TIPO DE AGUA TENGO?

Es importante decir que existen varios tipos de agua, los cuales dependen de sus características. Con las que nuestra dermis y cabello tienen más contacto son:

-Dulce. Se obtiene de tierras emergidas y deshielos. Se divide en agua dura (rica en sales de calcio, magnesio y depósitos de hierro) y blanda o suave (con cantidades mínimas de sales). Este tipo de líquido es el que debe pasar por un proceso de potabilización para volverla segura para su consumo humano.

-Termal. Provienen de fuentes subterráneas, emergen a más de 5 °C y contienen minerales.

-De mar. No puede ser ingerida por el hombre, por su contenido en sal.

Seguramente recordarás que no te sientes igual sumergiéndote en aguas termales que en el océano. Al estar de viaje, si el líquido que hay en la ciudad a donde llegas es distinto al de tu región de procedencia, tal vez no detectes una sensación diferente al estar bajo la regadera, pero sí observarás los efectos: si percibes una mejor textura en tu cuerpo y cabello, significa que el agua ahí es blanda y la de donde vives es dura. Y viceversa: si te parece que tu piel y pelo empiezan a mostrar desagradables al tacto, la razón es que el agua de ese lugar es dura.

¡A COMBATIRLA!

El cabello es el primero en delatar la presencia de agua dura pues de inmediato se ve afectado tanto en los rizos como en el alaciado, presenta frizz, cambia de textura y luce sin brillo, seco, áspero. Si la exposición a ese tipo de líquido es por muchos días, incluso puede desarrollar orzuela.

Por su parte la dermis no sólo se pone seca, sino que esta clase de agua la vuelve más sensible, pues causa obstrucción de los poros, prurito y agrava cuadros dermatológicos como rosáceas y cuperosis (vasitos capilares superficiales). Además la resequedad crónica acelera el proceso de envejecimiento, adelgazando las capas y causando aparición de arrugas en forma temprana.

Es difícil controlar qué tipo de agua sale del grifo en tu hogar. Pero puedes tomar una serie de medidas para evitar que sea un enemigo para tu apariencia.

Antes que nada, debes identificar si estás frente a líquido duro. ¿Cómo? Si es el caso, las tuberías se llenan con facilidad de salitre, obstruyéndolas; y al bañarte, verás que el jabón y el champú producen muy poca espuma. Además sentirás que te quedaron residuos, que no te pudiste enjuagar completamente. Lo que es más, ni siquiera necesitas entrar a bañarte para hacer una prueba: coloca una barra de jabón bajo el chorro del lavabo; si ésta no da muestras de disolverse o si tarda, es agua dura.

Una vez confirmado que el enemigo está en casa, es conveniente la instalación de filtros ablandadores de agua, los cuales se colocan directamente en la llave de la ducha. Su beneficio es que no sólo retendrán los minerales como el magnesio, el calcio y el hierro, sino que también ayudarán a que tu piel y tu cabello reciban menos cloro.

Asimismo tienes la alternativa de acudir al centro comercial o a una tienda de productos de belleza y buscar artículos específicos. Entre los que puedes encontrar están la ABCDerm Cold Cream Hidratante de Bioderma, la crema para pieles intolerantes de Avène, el champú para agua dura de Ion y el champú Kerium fisiológico con agua termal de La Roche-Posay.

Por otro lado, mientras consigues los filtros y/o los cosméticos, puedes echar mano de las siguientes recomendaciones.

-Procura durar menos tiempo expuesto al líquido, y utiliza poco jabón.

-Compra agua embotellada para lavar tu cara. Si la resequedad del resto de tu cuerpo es mucha, considera igualmente enjuagarlo con agua purificada y después huméctala con una crema intensiva.

-Toma en cuenta que el rostro es más sensible a los daños. Así, una muy buena decisión es disminuir la cantidad del líquido para asearlo, y utilizar en su lugar una crema limpiadora, retirándola con toallas húmedas,

-Existen unas jarras dotadas de filtro. Aunque están pensadas para el agua de consumo, son una excelente opción emplearlas a la hora de lavarte. Vale la pena invertir en una de ellas.

-Piensa muy seriamente en emplear agua embotellada para lavarte el cabello. A simple vista esta idea suena algo costosa y en efecto será así, especialmente si tienes una melena larga; sin embargo, lucir un pelo hermoso y mantenerlo sano vale la pena, ¿no lo crees?

‘REPÁRATE’ Y CUÍDATE

Luego de leer lo anterior, seguramente ya identificaste si el agua que corre por tu casa es dura. De ser así, no te quedes con los brazos cruzados.

Desde luego, además de los cambios que ya mencionamos, hará falta que ‘repares’ tu cuerpo. El reemplazo de tu champú de siempre por uno especial es prioritario; existen varias alternativas en el mercado. Es importante que elijas una que contenga proteínas (colágeno). Apóyate además en el uso de acondicionadores libres de enjuague. Asimismo puedes eliminar los residuos de champú con agua mezclada con una cucharita de vinagre. La dermatitis y la resequedad severa requerirán del uso de jabones alcalinos y cremas humectantes. Pero sobre todo, no dudes en invertir cuanto antes en transformar el agua dura por blanda.

Si aún no estás seguro de qué clase de líquido tienes en casa, haz la prueba de disolver el jabón, y pon manos a la obra.

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