Ocasión. Además de otorgar una ofrenda a la madre, las familias realizan tareas de limpieza en las tumbas.
En el segundo día en que mayor número de visitantes recibe en el año, el Panteón de Oriente le abrió sus puertas ayer a más de 120 mil personas. El motivo: la celebración del Día de la Madre.
Desde temprano, ríos de gente comenzaron a verse por los andadores del camposanto más grande la entidad, todos buscando la tumba de su madre, hermana o abuela.
Mientras, afuera del camposanto, una vorágine de ofertas y gritos hacían el ambiente tradicional de este tipo de celebraciones mexicanas.
Al final del día, autoridades locales reportaron saldo blanco en todos los espacios destinados a la inhumación de personas: se celebró en absoluta paz.