El español Raúl López (i) intenta anotar ante la marca del griego Perperoglou. España le repite la dosis a los griegos
EFE
Estambul, turquía.- La selección española se clasificó para los cuartos de final del Mundial, donde se enfrentará con Serbia reeditando la final del último Europeo, gracias a una defensa en zona en el último cuarto que acabó desquiciando al equipo griego.
En el primer cuarto la selección sufrió, hizo ejercicios de responsabilidad y sufrimiento, se puso el mono de trabajo, cometió errores y tuvo gestos. Fue apenas una percepción, un leve aroma de que aquello olía al equipo de España.
Porque España empezó mal, aceptando un 0-4 de salida, lo que en un partido de esta trascendencia nunca es bueno. Sin embargo, Navarro tiro del carro y metió dos canastas importantes que ayudaron a que el motor arrancara definitivamente.
Desde una buena defensa, el equipo español cometió errores en ataque, en parte porque los griegos ahora, y a diferencia de años anteriores, defienden como auténticos perros de presa, que se convirtieron en puntos fáciles para los helenos.
Cuatro triples de seis intentos y ninguno para Grecia, fue por donde se comenzó a desestabilizar el marcador, que fue favorable a España por 22-19 al término del primer periodo.
Con las rotaciones siguiendo su curso habitual, el equipo no bajó esta vez su nivel. Vázquez ayudó en los rebotes, Felipe se "pego" con Sofoklis Schortsanitis y todos echaron una mano.
En el segundo cuarto, volvió a haber de todo. Esta vez a trompicones. Grecia encadenaba una buena racha y después era el equipo español el que respondía con otra. Del 28-27 se pasó en dos minutos, del 6 al 8, a un 35-29, mientras que se llegó al descanso con un 37-31.
La clave, otra vez la defensa que volvió a dejar a Grecia sin anotar desde más allá de, la que en breve pasará a la historia, línea de 6,25 metros y casi sin lanzar (3/0). Los españoles sólo anotaron uno, pero aquello comenzó a tener buena pinta pese a la exigua diferencia.