Cambio de giro. Luis González decidió emprender su negocio y hoy es uno de los principales proveedores de piña de empresas como La Costeña y cuenta su experiencia. ARCHIVO
MÉXICO, DF.- Hace 18 años, Luis González pertenecía al cuerpo de supervisores de la firma transnacional Procter & Gamble, pero decidió probar suerte con su negocio propio, y hoy es de los principales proveedores de piña en La Costeña.
El relato de González comenzó con su labor en Procter & Gamble, donde gozaba de un ingreso fijo, con prestaciones, aunque tenía la inquietud de hacer un negocio propio y decidió invertir en maquinitas de dulces en el estado de Veracruz.
Las máquinas le dieron rendimientos por 4 años y gracias a la insistencia de sus compadres por ingresar a la piña, se convirtió en un agroempresario.
"Trabajaba para Procter, pero tenía la inquietud de montar mi propio negocio, así que compré las maquinitas de dulces, pero mis compadres, que son piñeros, me decían que le entrara a la piña y después de varias invitaciones, acepté.
"Las piñas sí han sido un buen negocio, le vendo a La Costeña para hacerlas almíbar", comentó. Comenzó con sólo 2 hectáreas en el municipio de Isla, Veracruz; hoy ya cuenta con 150, de las que cosecha 3 mil toneladas anuales de piña, destinadas a la exportación, al mercado nacional y para La Costeña.
"A La Costeña le vendo el 5 por ciento de mi producción, se los mando a la planta que está en Puebla, y a la exportación se va el 10 por ciento; en realidad el mercado fuerte es el local", dijo.
González nunca se imaginó que su futuro empresarial estaba en el campo, ya que ninguno de sus familiares se dedica a la agricultura, así que ha sido un negocio del que ha tenido que aprender en la práctica y por las recomendaciones de sus compadres.
Una de las principales enseñanzas, indicó, es que esta actividad requiere paciencia e innovación. "En las piñas, la primera cosecha llega 16 meses después de la siembra, y requiere una constante inversión para tener cultivos que funcionan como semilla y los que se comercializan, es una actividad de paciencia", dijo.
Y su mayor reto ha sido adaptar sus tierras en la producción de piñas miel, que son las pequeñas y de sabor dulce, y las cayenas, que son la grandes y que demanda la industria.
