25 agosto 2003
México, (SUN-AEE).- La Paz, capital de Baja California Sur, y poblaciones aledañas quedaron encerradas en el ojo del huracán "Ignacio", todavía en categoría 1.
Fuertes vientos y lluvias se abatieron durante la mañana causando destrozos, dejando sin clases a más de 50 mil alumnos del sistema educativo y paralizando las actividades casi totalmente en empresas privadas y oficinas públicas.
El aeropuerto local suspendió operaciones este lunes y 14 vuelos fueron suspendidos, el servicio de transbordadores que enlaza al estado con el macizo continental también dejó de funcionar y la carretera transpeninsular "Benito Juárez" fue cerrada hacia Los Cabos, por la costa del Golfo, y sólo se permitió el tránsito por la ruta del Pacífico pero a solo camiones pesados y que transportaran combustible y víveres.
Las autoridades establecieron desde el domingo 40 albergues en los municipios de Los Cabos y La Paz con capacidad para 10 mil personas, pero la atención se centró en la capital, debido a que el huracán enfilaba directo hacia la ciudad, costeando el Golfo de California. Para el mediodía del domingo ya era imposible conseguir baterías y lámparas de mano en el mercado, por las compras de pánico.
Los peores efectos del meteoro se empezaron a sentir entre las tres y las seis horas de este lunes, con rachas de viento y lluvia que provocaron apagones generalizados en la red de energía eléctrica y dejaron a la ciudad sin agua corriente, en una situación que al amanecer fue resumida por el gobernador Leonel Cota Montaño como: "Ya estamos, propiamente, en el ojo del huracán".
Desde la primera reunión del Consejo Estatal de Protección Civil a las siete horas, cuando una engañosa calma alentaba las esperanzas de que el huracán hubiera pasado, se ordenó mantener la emergencia, evitar riesgos innecesarios y tener "paciencia" porque todavía faltaban por pasar los efectos más severos. El huracán, aunque degradado a categoría 1, estaría a 50 kilómetros de La Paz este mediodía.
Las autoridades determinaron, debido a la emergencia, suspender clases en La Paz y poblaciones cercanas, lo cual afectó cuando menos a 50 mil estudiantes desde primarias hasta el nivel universitario, pues varios planteles funcionaban como albergues.
Al menos 5 mil empleados del gobierno estatal, del ayuntamiento y de otras oficinas públicas recibieron el día libre, al igual que trabajadores de empresa privadas.
