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MÉXICO, DF.- Aunque se conocía como una epidemia escondida por su baja incidencia, en la actualidad el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) se presenta en dos por ciento de la población mundial y la OMS la considera la décima enfermedad más incapacitante, advirtió el especialista Humberto Nicolini.
Según el subdirector de Investigaciones Clínicas del Instituto Nacional de Psiquiatría, este trastorno caracterizado por la presencia de ideas, pensamientos, imágenes o impulsos que son experimentados como ajenos a la voluntad de la persona, está presente de diversas maneras en dos millones de mexicanos.
De acuerdo con el especialista, otra característica de estos pensamientos es que se manifiestan de manera repetitiva y por períodos prolongados, de ahí que se les llame obsesiones.
Éstas, dijo, se acompañan de conductas que se ejecutan también de manera repetitiva y que son percibidas como absurdas o exageradas. Las conductas reciben el nombre de compulsiones y pueden ser el lavarse las manos repetidas veces o revisar varias veces que las llaves de la estufa estén bien cerradas.
Nicolini destacó que uno de los criterios para el diagnóstico de este trastorno es que el paciente ocupe por lo menos una hora en este tipo de conductas, mismas que influyen en el cumplimiento de las actividades laborales, escolares o cotidianas, e incluso en algunos casos incapacitan a la persona.
En entrevista, el especialista alertó que este tipo de desorden casi siempre empieza en la adolescencia, aunque también puede presentarse en la vida adulta o durante la infancia, lo que implica que lo padecerá a lo largo de su vida.
“Una proporción ligeramente elevada de varones presenta la enfermedad en edades tempranas y se empata con la frecuencia de las mujeres después de los 18 años. Uno de los factores que aumenta la frecuencia en mujeres es el primer embarazo, sobre todo, si tiene antecedentes hereditarios de TOC”, indicó.
El especialista en neurología acotó que la manifestación de este trastorno entre hombres y mujeres es ligeramente diferente.
“En los varones -dijo- se han presentado con mayor frecuencia las compulsiones de simetría, tics motores y la enfermedad de Gilles de la Tourette, mientras que en las mujeres se presentan más los tics y la depresión”.
Acerca del origen de este mal, el experto señaló que un estudio reciente, basado en casos y controles poblacionales, encontró una asociación entre el gen de la enzima catecol-orto-metil-transferasa (COMT) y el TOC.
Explicó que aunque en la actualidad las diferentes ramas de la psiquiatría buscan el origen de esta enfermedad, se sabe poco de las causas, que se estiman son multifactoriales.
Detalló que los tratamientos para controlar el TOC, actualmente, se basan en inhibidores de la recaptura de la serotonina (ISRS), con un porcentaje de respuesta que va de 40 a 60 por ciento.
Este grupo de fármacos incluye clorimipramina, fluoxetina, fluvoxamina, sertralina, paroxetina y citalopram, aunque también se ha administrado carbonato de litio, ansiolíticos, antipsicóticos y anticompulsivos.
Comentó que la duración del tratamiento deber ser más larga en comparación con los que padecen depresión, con un mínimo de diez a 12 semanas, durante las cuales pueden observarse algunos efectos secundarios como boca seca y estreñimiento.
Otro tratamiento, dijo, es la psicocirugía (lobotomía), que consiste en cortar aquellas fibras que comunican a los ganglios basales con la corteza prefrontal. Lo que implica una disminución en la sintomatología obsesiva compulsiva, por lo que se utiliza en pacientes resistentes a tratamientos farmacológicos, concluyó.
