Alfonso de María y Campos encabezó la ceremonia de entrega de los galardones en el Museo Nacional de Antropología.
Registra el Instituto el mayor número de participación en 23 años de historia, pues se inscribieron 317 diversas investigaciones.
En este 2008, los premios anuales que otorga el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) rompieron el récord de participación en sus 23 años de historia, informó el director general de esa institución, Alfonso de María y Campos, quien encabezó la ceremonia de entrega de los galardones en el Museo Nacional de Antropología.
En esta ocasión, dijo el funcionario, fueron inscritas 317 investigaciones en las diferentes áreas de la antropología e historia, por lo que fue necesaria la colaboración de 64 investigadores, quienes leyeron y analizaron cada uno de los textos presentados, para premiar a lo mejor de la investigación humanística en el país.
Los premios anuales INAH, expresó De María y Campos, son una expresión de uno de los más apreciados anhelos de los fundadores del Instituto, que es lograr que la investigación científica y humanista que se desarrolle sea una vía para conocer mejor nuestras raíces identitarias, así como un instrumento privilegiado que se le entregue a la sociedad para pensar su presente e imaginar su futuro.
Estos galardones que se entregan de manera anual desde 1985, abundó el funcionario, sirven en su conjunto como una radiografía del Estado en que se encuentran las ciencias sociales en México.
“Son trabajos que expresan imaginación, calidad y rigor y son, en suma, una muestra representativa del trabajo de investigación que se realiza en nuestro país”, adujo.
El doctor Carlos Illades Aguiar, representante de los jurados, consideró que próximo a cumplirse el 25 aniversario de los Premios INAH, existe razón suficiente para reflexionar sobre su pertinencia y significado.
“A menudo se dice que en México existen muchos premios y ante tal oferta su real valor se pone en duda, o cuando menos surge la pregunta obligada de si hay tantos investigadores tan buenos, por qué nuestras disciplinas no se desarrollan más rápidamente?”, expresó.
“Afortunadamente los premios del INAH han escapado a esa saga de los que desaparecen en unos cuantos años. El valor fundamental del premio reside en el lugar que una comunidad intelectual le da, en este nivel los Premios han resultado más que alentados”, indicó Illades.
Al revisar los títulos de los trabajos que ocuparon los primeros lugares, así como las menciones honoríficas, se puede observar que varias investigaciones se ocuparon de las culturas del altiplano y de la civilización Maya.
De la transmisión de las ideas en el México virreinal; de la educación durante la pos-revolución; de problemas contemporáneos, como el narcomenudeo; y de la memoria del 68; pero pocos versaron sobre aspectos del mundo prehispánico.
En representación de los premiados, el investigador Víctor Gayol, resaltó la importancia de estos reconocimientos en el contexto del panorama en el mundo actual, donde, dijo, la reducción de espacios dedicados a las ciencias sociales y las humanidades es preocupante.
Para ejemplificar mencionó que en Estados Unidos, el presupuesto solicitado para 2009 en el fondo de Defensa alcanza la cifra de más de 515 mil millones de dólares, mientras que el solicitado para educación no llega ni a los 60 mil millones de dólares.
“La tendencia general muestra un futuro poco promisorio para la investigación en ciencias sociales y humanidades, algo a lo que no podemos presentarnos insensibles”, dijo el investigador, quien obtuvo el primer lugar del Premio “Francisco Javier Clavijero”, que se entrega en el área de Historia y Etnohistoria.
Finalmente, Gayol propuso hacer un seguimiento de los temas de los trabajos que se han venido presentando en la historia del certamen, pues consideró que eso ofrecerá un fino termómetro de las orientaciones de los intereses de los investigadores de las diversas disciplinas y sus cambios.
